miércoles, 13 de junio de 2018

2.2.

Faltaba el Título de la entrada
Faltaba la etiqueta 0 Tercera evaluación
El profesor ya explicó varias veces que teníais que buscar las imágenes y no escanearlas del texto
Nueve errores ortográficos y de transcripción
Nota: 0

2.2 La Asamblea Nacional (1789-1798)

   EI 20 de junio de 1789, los delegados de la burguesía se reunieron en Ia sala del Juego de la Pelota (Jeu de Paume) ante el temor de que el rey, que les había impedido la entrada al salón de reuniones, tuviera Ia intención de disolver los Estados Generales. Los representantes del tercer estado juraron no separarse hasta haber aprobado una constitución para toda Ia nación. Los conjurados, con el apoyo de una minoría del clero y de Ia nobleza, declararon Ia apertura de una Asamblea Nacional Constituyente. La actitud recelosa del rey y los movimientos de tropas despertaron el temor a una intervención del ejército. Las voces de protesta de los diputados de la Asamblea encontraron eco en las calles de París. Se repitieron los motines populares contra la carestía del pan y los excesos de las fuerzas encargadas del orden. Y el 14 de julio de 1789, una multitud asaltó los muros de la cárcel donde se confinaba a los presos políticos, un símbolo del absolutismo. La toma de la Bastilla se convirtió en la imagen más conocida de la revolución.

   -La toma de la Bastilla


    LA TOMA DE LA BASTILLA

   El 14 de julio es la Fiesta Nacional de Francia. Ese día de 1789 tuvo lugar la toma de la Bastilla, una cárcel real situada junto a los barrios populares del este de París que simbolizaba Ia opresión de la monarquía absoluta. El detonante de la protesta fue el anuncio de destitución de Necker, el ministro de Hacienda, en quien el pueblo había depositado sus esperanzas de cambio. La multitud protestaba en las calles pidiendo la rebaja del precio del pan. Los amotinados, después de asaltar el Hotel de los Inválidos, un hospital militar al oeste de la ciudad, y apoderarse de miles de fusiles, se lanzaron hacia la Bastilla, al otro lado de la ciudad, en busca de pólvora. Entonces, apenas había prisioneros en sus celdas. Después de varias horas de asedio, el gobernador de la fortaleza mandó abrir las puertas y rindió la guarnición.

   El episodio se convirtió en una gesta heroica protagonizada por el pueblo en armas, el anuncio del fin de las cadenas del Antiguo Régimen y el triunfo de la libertad. Cuando al día siguiente Ia noticia llege al palacio de Versalles, en las afueras de Pan’s, Luis XVI preguntó si lo que había ocurrido era una rebelión. El duque de Rochefoucauld le contestó: «No, señor, no es una rebelión, es una revolución».

   La movilización popular se extendió también a las zonas rurales. Durante la grande peur («el gran miedo»), verano de 1789, se multiplicaron las revueltas antíseñoriales, con asaltos a castillos y quemas de escrituras de propiedad. Las demandas de los campesinos estaban relacionadas con los trabajos de la Asamblea Nacional. En los primeros días de agosto se publicaron los decretos que terminaron con los diezmos, las prestaciones personales y los privilegios jurídicos estamentales. A partir de ese momento, todos los ciudadanos eran iguales a la hora de pagar impuestos. Era la abolición del sistema feudal.

   Antes de terminar el mes de agosto, la Asamblea aprobó un texto muy importante, la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, inspirada en la declaración de derechos de Virginia de 1776. El texto consagraba los derechos naturales e imprescriptibles de todos los franceses: libertad de pensamiento y de creencias, igualdad ante la ley, seguridad, propiedad y resistencia a la opresión. También establecía que la soberanía nacional era la expresión de la voluntad general. La presión popular obligó al rey a firmar las leyes que ponían fin al Antiguo Régimen:

   -Las medidas legislativas posteriores que decretaron Ia libertad de comercio e industria.

   -La expropiación de los bienes eclesiásticos (noviembre de 1789) convertidos en bienes nacionales.

   -La disolución de las órdenes monásticas y Ia Constitución Civil del Clero (julio de 1790). A partir de ese momento, los clérigos que juraran fidelidad a la constitución pasaban a depender del Estado. El papa Pío VI condenó las medidas revolucionarias y suspendió a los clérigos que aceptasen la nueva ley.

   Otras medidas tomadas en ese período fueron:

   -La emisión de papel moneda (los billetes llamados «asignados», respaldados por la venta de los bienes nacionales).

   -La Ley Le Chapelier, que prohibía la creación de gremios o asociaciones.

   -Los decretos proteccionistas y de libertad de comercio del grano.

   -La organización territorial del país dividida en departamentos y comunas o ayuntamientos, etc.

   La obra fundamental de la Asamblea Nacional fue Ia elaboración de Ia Constitución de 1791. Francia se convertía en una monarquía constitucional regida por los principios de la soberanía nacional y Ia división de poderes.

   El Gobierno (poder ejecutivo) seguía en manos del rey, que podía ejercer su derecho de veto para bloquear las leyes nacidas de la Asamblea.

   La Asamblea (poder legislativo) estaba formada por los representantes de la nación elegidos por sufragio censitario e indirecto. Tenían derecho de voto los ciudadanos «actives», es decir, los que demostraran un determinado nivel de renta, que representaban un 15 % de la población masculina.

   Los tribunales de justicia (poder judicial) quedaban a cargo de jueces electos independientes.

   La Constitución, aprobada en septiembre de 1791, tenía un carácter bastante moderado. Pero los sectores más revolucionarios pedían cambios políticos más radicales. Uno de los motivos fue el intento de fuga de Luis XVI y de su familia. La residencia del monarca se había trasladado de Versalles, símbolo del absolutismo, al palacio de Las Tullerías, en París. Y de allí huyó disfrazada la familia real el 20 de junio de 1791, siendo descubiertos al día siguiente en Varennes y conducidos de vuelta a París. Antes de partir, el rey había dejado un escrito en palacio revocando todas las medidas de la Asamblea a las que había dado su asentimiento. Al parecer, la huida estaba relacionada con una conspiración que buscaba la intervención de las potencias europeas absolutistas. En octubre de 1791, después de la disolución de la Asamblea Nacional y la convocatoria de elecciones generales, los nuevos diputados electos crearon la Asamblea Legislativa, con una clara división entre los que pretendían detenerla revolución y los que exigían cambios más radicales. Muchos diputados formaban parte de clubes y sociedades, los primeros partidos políticos, que representaban las distintas opiniones e intereses. El Club de los Feuiliants agrupaba a los monárquicos más conservadores. Entre los revolucionarios, los más moderados eran los girondinos, y los más radicales, los jacobinos y los cordeliers, que reclamaban el sufragio universal y la desaparición de la monarquía.

En abril de 1792, en medio de una situación muy conflictiva por la escasez de alimentos y la amenaza contrarrevolucionaria, la Asamblea declaró la guerra a Austria. Y un poco más tarde, el ejército prusiano atravesó la frontera francesa. Ante el temor de un golpe contrarrevolucionario, el 10 de agosto las masas populares. que acusaban al rey de complicidad con los invasores, asaltaron el palacio de las Tullerías. Entre la multitud destacaba el empuje radical de los sans-culottes, trabajadores urbanos que vestían pantalón largo en vez del culotte típico de los acomodados. Comenzó a hacerse popular La Marsellesa, canción que cantaban los voluntarios marselleses que habían llegado a París a defenderla revolución.

  2.3 La Convención (1792-1795)

   En septiembre, después de unas elecciones celebradas por sufragio universal masculino, se creó un nuevo parlamento, la Convención, que abolió la monarquía y proclamó la República. Simultáneamente, tuvo lugar la batalla de Valmy en la que un ejército de ciudadanos franceses expulsó al ejército prusiano del duque de Brunswick, que amenazaba París; en noviembre, una nueva victoria en Jemappes sobre los austríacos aseguró la continuidad de la revolución.

   Uno de los debates más encendidos que enfrentaron a los girondinos, más moderados, con los jacobinos, exaltados (dirigidos por Marat, Danton y Robespierre), fue el proceso abierto al rey. Al final, la presión de los jacobinos consiguió que el monarca fuera juzgado y condenado a muerte por colaboración con el enemigo. En enero de 1793, Luis XVI fue guillotinado. Su ejecución pública conmocionó a las cortes reales europeas y propició la creación de una coalición internacional formada por Austria, Prusia, Gran Bretaña, Holanda y España. La guerra llegó a las fronteras francesas. La Convención decretó la «Ieva en masa» (Levée en masse), el primer ejemplo de...

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