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domingo, 31 de diciembre de 2017

8.Los nacionalismos. El nacimiento de nuevos Estados

Nota: 10 
       
       Las ideas nacionalistas favorecieron algunos procesos de unificación. Fueron los casos de Italia y de Alemania, donde contribuyeron a la difusión de las ideas de construcción de un Estado liberal unitario. También impulsaron el proceso de descomposición del imperio turco y el surgimiento de nuevos Estados.

        La unificación de Italia (1859-1870)

      El proceso de unificación fue dirigido por el reino de Piamonte-Cerdeña. Sus protagonistas fueron el rey Víctor Manuel II y su primer ministro Cavour, que se ganaron la confianza de las corrientes nacionalistas más significativas; y el revolucionario Garibaldi. La unificación se realizó en varias etapas.

      Primero, Víctor Manuel II incorporó Lombardía al reino de Piamonte-Cerdeña luchando contra Austria, y los ducados centrales de Italia. Mientras, Garibaldi conquistaba el reino de Dos Sicilias, en el sur, al frente de un ejército conocido como “los mil camisas rojas”.

      Tras esta unificación parcial, se proclamó el reino de Italia (1861). Finalmente, la unidad se completó con la anexión de Venecia (1866) y la conquista de los Estados Pontificios (1870).

      El nuevo Estado implantó un sistema político liberal basado en el sufragio censitario.

        La unificación de Alemania (1864-1871)

      Los protagonistas de la unificación fueron el reino de Prusia, regido por Guillermo I, y el canciller Bismarck. Ambos se propusieron unificar Alemania sin incluir a Austria, su rival político.

      El proceso de unificación se llevó acabo en dos etapas. Primero, Prusia se enfrentó y derrotó a Austria en Sadowa (1866), lo que permitió unificar los estados alemanes del norte. Luego, se enfrentó y venció a Francia en Sedán (1870), incorporando Alsacia y Lorena; y unificó los estados alemanes del sur. Se iniciaba así el II Reich o imperio alemán (1871).

      El nuevo Estado adoptó una constitución que establecía el sufragio universal masculino y un sistema político federal, formado por estados con amplias competencias.

        Los nacionalismos independentistas

      Los movimientos nacionalistas independentistas se extendieron por los países sometidos a un poder extranjero y se aliaron con el liberalismo.


      Como resultado de los mismos, se produjo la independencia de la mayoría de las colonias españolas de América Latina (1825); la de Grecia, del imperio turco (1829); y la de Bélgica, del reino de los Países Bajos (1839). En cambio, Irlanda, anexionada a Inglaterra en el siglo XVII, no logró sus objetivos.

sábado, 30 de diciembre de 2017

7.Las revoluciones liberales del siglo XIX

Nota: 10

     En la primera mitad del siglo XIX, la restauración del absolutismo y la extensión del liberalismo dieron lugar a nuevas oleadas revolucionarias.

        Las revoluciones de 1820 y 1830
  • Las revoluciones de 1820 se centraron en el área mediterránea y en Rusia. En ellas tuvieron un destacado papel los oficiales del ejército y las sociedades secretas. Así, los liberales protagonizaron levantamientos antiabsolutistas en España, Portugal, Nápoles, Piamonte y Rusia. Inicialmente algunos monarcas tuvieron que aceptar constituciones; pero, al final, se impuso el absolutismo.
  • Las revoluciones de 1830 afectaron a casi toda Europa, y llevaron a los liberales al poder en muchos Estados. Se iniciaron en Francia, con la destitución de Carlos X y la implantación de la monarquía constitucional de Luis Felipe de Orleans. Después, la revolución se extendió a Bélgica, que logró la independencia de Holanda; y a España, Portugal, Polonia y diversos estados italianos y alemanes. Sin embargo, una vez conquistado el poder, el liberalismo limitó los derechos y las libertades e implantó el sufragio censitario o restringido, excluyendo así a los grupos populares de la política y del poder.

        Las revoluciones de 1848

      Las revoluciones de 1848 tuvieron mayor extensión y participación popular y fueron más radicales. Partiendo de Francia, donde Luis Felipe se vio obligado a abandonar el trono, se proclamó la Segunda República, y se implantó una constitución que establecía el sufragio universal masculino. La revolución afectó también a Prusia, Austria-Hungría, Suiza, la Confederación Germánica y algunos estados italianos.

      En todas ellas, los revolucionarios levantaron barricadas en las calles y exigieron más derechos, soberanía popular, sufragio universal masculino e igualdad social. Estas exigencias asustaron a la burguesía que reprimió las revoluciones e implantó un liberalismo conservador.

        Las consecuencias de las revoluciones

      A pesar de sus limitaciones, el balance de las revoluciones liberales fue positivo, pues consolidaron ciertas conquistas revolucionarias. Así, muchos países de Europa occidental adoptaron el liberalismo y se dotaron de constituciones escritas en las que se reconocía el sufragio censitario masculino. Francia mantuvo el sufragio universal masculino. Y la servidumbre se abolió en casi todos los países de Europa central y oriental, excepto Rusia.


      La burguesía fue la gran triunfadora de las revoluciones liberales, y se convirtió en conservadora y defensora del orden. Los grupos populares, en cambio, resultaron derrotados, al no conseguir transformaciones políticas y sociales más profundas. Pero tomaron conciencia de clase, y comenzaron a  organizarse para enfrentarse a la burguesía y al Estado liberal que habían contribuido a crear.

viernes, 29 de diciembre de 2017

6.La época de la restauración

Nota: 10

   La derrota definitiva de Napoleón abrió un nuevo período en Europa en el que se intentó restaurar el absolutismo. No obstante acabaron imponiéndose el liberalismo y el nacionalismo, dos nuevas ideologías surgidas de la Revolución Francesa.

        La vuelta al absolutismo.

      Entre 1814 y 1815, las potencias vencedoras de Napoleón (Reino Unido, Austria, Prusia y Rusia) se reunieron en el llamado Congreso de Viena. Sus objetivos fueron dos: 

  • La restauración del Antiguo Régimen. Para ello, el restablecimiento en sus tronos a los monarcas depuestos por Napoleón.
  • La reconstrucción del mapa político de Europa. Con ese fin, obligaron a Francia a volver a sus límites de 1791 y se repartieron territorios. El trazado de las nuevas fronteras, sin embargo, se hizo sin contar con los deseos de algunos pueblos, que quedaron así separados o unidos contra su voluntad.

      En Viena también se acordó la convocatoria periódica de congresos, donde se tratarían diplomáticamente las posibles disputas entre países; y se autorizó la intervención de las potencias en cualquier país amenazado por una revolución.

      Por último, en 1815, se crearon dos grupos de alianzas para asegurar el orden establecido: la Santa Alianza, formada por Austria, Prusia y Rusia, a la que luego se sumaron otros estados; y la Cuádruple Alianza, formada por Austria, Prusia, Rusia y Reino Unido.

        Las nuevas ideologías

      A pesar de los intentos absolutistas, la Restauración no pudo impedir la expansión por Europa de nuevas ideas y valores, representados por el liberalismo y el nacionalismo.

  • El liberalismo defendía la libertad individual, plasmada en el reconocimiento de derechos a los ciudadanos; la igualdad ante la ley, suprimiendo los privilegios; y la implantación de regímenes constitucionales, basados en la soberanía nacional y la división de poderes. 
      La ideología liberal se extendió, sobre todo, entre los burgueses y las clases populares de las grandes ciudades.
  • El nacionalismo sostenía que el marco fundamental de la vida de las personas es la nación, o comunidad con rasgos propios derivados de una historia, una lengua o una cultura comunes. Su objetivo era que cada nación tuviese su propio Estado (estado nación); y, por tanto, reclamaba que las fronteras de las naciones coincidieran con las de los Estados. 
      La ideología nacionalista se extendió por los territorios sometidos a un poder extranjero, como Grecia; o por los que aspiraban a formar un Estado unificado, caso de Italia y Alemania.




jueves, 28 de diciembre de 2017

5.La Europa napoleónica (1799-1814)

Nota: 10

     Napoleón. Del Consulado al Imperio

      En su etapa como primer cónsul (1799-1804), Napoleón consiguió consolidar las conquistas de la revolución, al lograr la pacificación del país y llevar a cabo numerosas reformas internas.
  • La pacificación del país la logró eliminando a la oposición radical, permitiendo el regreso de la nobleza exiliada, y firmando un acuerdo o concordato con la Santa Sede (1801). En él, reconocía la religión católica; a cambio, la Iglesia no reclamaría las tierras confiscadas al clero  durante la revolución.
  • Las reformas internas más importantes fueron el Código Civil de 1804, que recogía los logros revolucionarios (igualdad ante la ley, libertad, propiedad y separación entre Iglesia y Estado); la implantación de la libertad económica; la creación de una asistencia social pública; el fomento de la instrucción pública; y la construcción de numerosos monumentos en París.

      Estos logros otorgaron a Napoleón una gran popularidad. De ahí que fuera nombrado cónsul vitalicio, en 1802; y más tarde, emperador de los franceses, 1804, con la aprobación popular expresada en un plebiscito o consulta al pueblo.

        El imperio napoleónico (1805-1815)

      Napoleón se propuso también extender la revolución creando un gran imperio europeo bajo la autoridad de Francia. Así, entre 1805 y 1810 se enfrentó a varias coaliciones de países europeos que se formaron contra él, a las que venció en las sucesivas batallas: Austerliz, Ulm, Jena, Eylau, Friendland y Wagram. Logró así dominar gran parte de Europa occidental. La única excepción fue Reino Unido, que derrotó a la flota napoleónica en Trafalgar (1805) y resistió el bloqueo económico decretado por Napoleón (1806).

      En los países conquistados Napoleón confió el gobierno a familiares o a los generales franceses. Todos ellos difundieron las ideas revolucionarias, promulgaron constituciones, implantaron el Código Civil napoleónico y abolieron  los impuestos señoriales y el diezmo.

        La caída de Napoleón
      
      La dominación francesa no fue aceptada en muchos países, donde provocó movimientos nacionalistas contrarios a ella. Tras el fracaso del Gran Ejército enviado contra Rusia (1812) y la derrota en España (1814), una coalición de potencias europeas integrada por Reino Unido, Austria, Prusia y Rusia entró en París. Napoleón fue desterrado a isla de Elba, y se restableció la monarquía en Francia en la persona de Luis XVIII.


      Al año siguiente, Napoleón escapó de la isla y recuperó el poder durante cien días. Pero los aliados lo derrotaron definitivamente en Waterloo (1815) y lo desterraron a la isla de Santa Elena, donde murió en 1821.

4.1 Informe gráfico

Un error de transcripción
Faltan varios párrafos
Nota: 5

     La vida cotidiana durante la revolución

      La Revolución Francesa supuso cambios en numerosos aspectos de la vida cotidiana, al tratar de romper con las formas de vida tradicionales e implantar otras basadas en la razón y en los nuevos ideales revolucionarios.

      Entre otros aspectos, los cambios afectaron a los símbolos revolucionarios, que decoraron muchos objetos de la vida cotidiana; al himno nacional francés, la Marsellesa; al vestido y el lenguaje, como expresión de patriotismo, el compromiso político y la idea de igualdad; a los valores civiles, que la revolución impulsó frente a los valores tradicionales, de tipo religioso; y a la participación de la mujer en la vida política.

        -Los nuevos símbolos revolucionarios

      La República francesa se representó portando estos símboloes revolucionarios

  • La bandera tricolor del cuello (roja, blanca y azul) simboliza la revolución, pues esos eran los colores usados en sus escarapelas o distintivos por los revolucionarios parisinos
  • Las palmas simbolizan la victoria como recompensa a la virtud y al valor.
  • La libertad se presenta mediante el gorro frigio que en la antigua Roma usaban los esclavos liberados.
  • La igualdad, mediante el nivel, la herramienta usada en albañilería para igualar las superficies.
  • Y la fraternidad, mediante las manos unidas.

        -La Marsellesa

      La Marsellesa se convirtió en el himno nacional francés.

      Fue compuesta el 20 de abril de 1792 por Claude-Joseph Rouget de Lisle, para ser cantada por el grupo de oficiales llamado “Les enfants de la patrie”, encargados de la defensa de Estrasburgo ante una posible invasión de Austria.




        -Los sans culottes

      La indumentaria de los sans culottes —sin calzones—, o grupos populares parisinos, se convirtió en un signo de la revolución.

      En las representaciones, los hombres aparecen con pica, símbolo del pueblo en armas; y las mujeres con la palma de la libertad y, a veces, con la pica.

      En el lenguaje se impuso el tuteo como reflejo de la igualdad; y se adoptó un vocabulario vulgar frente al lenguaje refinado de la aristocracia, considerado contrarrevolucionario.


martes, 26 de diciembre de 2017

4.La evolución de la Revolución Francesa

Falta una línea
Nota: 9  

     La Asamblea Constituyente (1789-1791)

      El 7 de julio de 1789, y mediante votación, la Asamblea Nacional decidió transformarse en Asamblea Constituyente, a fin de dotar Francia de una constitución. Pero, ante el temor de que el ejército la disolviese, el pueblo de París asaltó el 14 de julio la fortaleza-prisión de la Bastilla para tomar sus armas y defender a sus representantes. En los días siguientes, los disturbios se extendieron a otras ciudades y al campo, donde los campesinos atacaron las casas y las propiedades de los señores.

      Las primeras disposiciones aprobadas por la Asamblea Constituyente fueron la abolición de feudalismo, al eliminar los derechos señoriales y el diezmo y nacionalizar los bienes de la Iglesia. Y la aprobación de una Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789), que reconocía los derechos de libertad, propiedad e igualdad ante la ley. Dos años después aprobó la primera constitución francesa: la Constitución de 1791. En ella se proclamaba la soberanía del pueblo y se establecía la división de poderes y el sufragio censitario o restringido a los varones que poseían ciertas propiedades. Así, el absolutismo daba paso a un sistema político liberal.

        La Asamblea Legislativa (1791-1792)

      Tras aprobarse la Constitución, la Asamblea Constituyente se disolvió y se sustituyó por una Asamblea Legislativa.

      En su corta existencia tuvo que enfrentarse a varios problemas. Los más importantes fueron la oposición de los nobles exilados, que conspiraron desde el exterior contra la revolución; la oposición del rey, que fue detenido cuando intentaba huir del país (1791); y la guerra contra Austria y Prusia, países que apoyaban a los contrarrevolucionarios temiendo que la revolución se extendiese a su territorio. También se produjeron enfrentamientos entre revolucionarios moderados —los girondinos—; y grupos radicales —los jacobinos—, que agitaban a los sans culottes, grupos populares compuestos por trabajadores independientes, pequeños comerciantes y artesanos. Para asamblea, denominada Convención.

        La Convención (1792-1795)

      La Convención estuvo dominada inicialmente por los girondinos. En este período se abolió la monarquía, se proclamó la República (1792), y se procesó y guillotinó a Luis XVI (1793). Ante este hecho, las potencias absolutistas europeas declararon la guerra a Francia.

      El descontento popular ante la guerra permitió a los jacobinos radicales acceder al poder, en 1793. Su líder, Robespierre, rechazó la invasión extranjera; promulgó una constitución más democrática (1793) que permitía el sufragio universal masculino; dictó medidas económicas favorables al pueblo; y eliminó a la oposición con el terror y la guillotina. La revolución alcanzaba así su etapa más sangrienta.

      Asustada, la Convención depuso y guillotinó a Robespierre y a sus partidarios. El poder pasó a diputados del centro, que elaboraron la Constitución de 1795, más moderada y con sufragio restringido.

        El Directorio y el Consulado (1795-1799)

      Según lo establecido en la Constitución, el poder ejecutivo recayó en un Directorio de cinco miembros. Este emprendió numerosas campañas militares en Italia, Prusia, Austria y Egipto. En ellas destacó el joven general Napoleón Bonaparte que, aprovechando su prestigio, dio un golpe de Estado (1799) y sustituyó el Directorio por un Consulado integrado por tres cónsules. Finalmente, Napoleón consiguió ser nombrado primer cónsul y se adueñó del poder.

lunes, 25 de diciembre de 2017

3.La Revolución Francesa (1789-1799)

Cuatro errores en la transcripción
Nota: 6

     Las causas de una revolución histórica

      En Francia, la revolución estalló por diferentes causas:

  • Políticas e ideológicas. En la segunda mitad del siglo XVIII, el absolutismo había sido criticado por las ilustración, y la revolución americana mostró que era posible derribarlo.
  • Sociales y económicas. Todos los grupos sociales estaban descontentos. La nobleza y el clero habían perdido poder a causa del absolutismo real y, pese a su riqueza, muchos tenían dificultades económicas debido a sus elevados gastos.
      La burguesía carecía de influencia política, y veía obstaculizados sus negocios por el control monárquico de la economía. El campesinado, agobiado por los impuestos, apenas tenía para subsistir. Y los grupos populares urbanos vivían en la miseria.

        La chispa revolucionaria

      La chispa o causa inmediata que encendió la revolución fue una doble crisis económica: una crisis alimentaria, debida a las malas cosechas de los años anteriores, que hizo que el hambre se extendiera por amplias zonas del país; y una crisis financiera, motivada por el endeudamiento del Estado por los altos gastos militares y de la corte.

      La única solución frente a este último problema era que los privilegiados pagasen impuestos. Ante su negativa, el rey Luis XVI convocó en 1789 a los Estados Generales, una asamblea de origen medieval que llevaba sin reunirse desde 1614 y estaba formada por representantes de los tres estamentos. Era la única institución con poder para aprobar nuevos impuestos.

      Antes de su reunión, cada estamento redactó sus “cuadernos de quejas”, para ser expuestos por sus representantes.

        El inicio de la revolución. La convocatoria de los Estados Generales

      Las sesiones de la asamblea se iniciaron el 5 de mayo de 1789. La discusión inicial se centró en la forma de votar. La nobleza y el clero querían un voto para cada orden o estamento; mientras el Tercer Estado, más numeroso, exigía el voto por cabeza.

      Al rechazarse sus peticiones, los representantes del Tercer Estado se proclamaron Asamblea Nacional, o representantes de toda la nación. Luis XVI, alarmado, trató de disolverla, pero no lo consiguió. Al contrario, los representantes se trasladaron a la sala próxima del Juego de Pelota, y juuraron no disolverse hasta haber aprobado una constitución. 

      Se iniciaba así un proceso revolucionario que repercutó en el mundo entero y sirvió de modelo a muchas revoluciones posteriores.

martes, 19 de diciembre de 2017

2.La revolución de Estados Unidos

Nota: 10

      A finales del siglo XVIII, las trece colonias británicas de la costa este de América del Norte se independizaron de Gran Bretaña y protagonizaron una revolución política.

        Las causas del conflicto

      La causa del proceso revolucionario fue el descontento de los colonos, que carecían de representantes en el Parlamento británico; dependían de Gran Bretaña en el comercio; y no podían ocupar los extensos territorios situados al oeste de las colonias por estar reservados a los británicos.

      En esta situación, la difusión de las ideas de la Ilustración llevó a considerar despótico al gobierno británico.

      La chispa que encendió el conflicto fue el intento británico de implantar nuevos impuestos. Entre otros, la Ley del Timbre de 1765, que obligaba a pagar una tasa sobre los documentos jurídicos y comerciales; y el Acta del Té de 1773, que concedía el monopolio del té en las colonias a la compañía inglesa de las Indias, eximiéndola de pagar impuestos, y gravaba la importación de otros productos, como papel, vidrio y plomo.

      Estas nuevas cargas no fueron aceptadas por los colonos, alegando que no habían sido votadas por ellos al carecer de representantes en el Parlamento británico, y dieron lugar a distintos actos de protesta. El más importante fue el llamado motín del té, ocurrido en 1773 en Boston. En él, un grupo de colonos, disfrazados de indios, arrojó al mar la carga de té de tres buques británicos.

        La guerra de la independencia

      La dura represión de las autoridades británicas condujo a la guerra de la Independencia (1775-1783), lo que obligó a los rebeldes a organizar un ejército bajo la dirección de George Washington.

      En plena contienda, los representantes de las trece colonias, reunidos en Filadelfia, aprobaron la Declaración de Independencia el 4 de julio de 1776.

      Al final, con el apoyo francés y español, los británicos fueron derrotados en Yorktown (1781), y por la Paz de Versalles (1783) reconocieron la independencia de las colonias americanas. Nacían así los Estados Unidos de América.

        Esquema de la Constitución


        La revolución política y el nuevo estado

      Durante la guerra, los colonos protagonizaron también una revolución política. Así, la Declaración de Independencia de 1776 reconocía la igualdad de todas las personas; los derechos a la vida, a la libertad y a la felicidad; y la soberanía nacional como medio de garantizarlos.

      Tras la guerra se creó un nuevo Estado, cuyo sistema liberal y funcionamiento se regula por la Constitución de 1787, la primera escrita de la historia. En ella, el nuevo Estado se organizaba como una república federal, y se establecía la soberanía nacional y la división de poderes entre el Presidente, el Congreso y el Tribunal Supremo.

      La revolución americana demostraba así que era posible llevar a la práctica las ideas ilustradas; de ahí su enorme influencia en Europa.

domingo, 17 de diciembre de 2017

1.Los procesos revolucionarios

Nota: 10    

     Las reformas ilustradas no solucionaron los problemas del Antiguo Régimen. Por eso, el final de este sistema se produjo por la vía de la revolución, entendida, en general, como un cambio rápido y profundo respecto a una situación procedente.

        Las revoluciones burguesas y el final del Antiguo Régimen

      Las revoluciones se iniciaron a finales del siglo XVIII, y reciben el nombre de “revoluciones burguesas”, ya que estuvieron protagonizadas por la burguesía y este grupo social fue el gran beneficiado por los cambios. No obstante, también participaron y se beneficiaron de ellas otros grupos sociales.

      Las revoluciones burguesas fueron, ante todo, revoluciones políticas. Pero otros aspectos de la vida también resultaron influenciados por el deseo de cambio y de ruptura con la situación precedente.

        Los cambios revolucionarios

  • En el plano político, los objetivos de los revolucionarios fueron acabar con el absolutismo e implantar un sistema político liberal, basado en el respeto a los derechos de la ciudadanía, la soberanía nacional y división de poderes.
      Las primeras revoluciones políticas que se propusieron alcanzar estos objetivos tuvieron lugar en América del Norte, en 1766; y en Francia, en 1789. Ambas se convirtieron en modelos para otros países europeos y americanos. La honda repercusión de la Revolución Francesa justifica que se haya tomado como punto final de la Edad Moderna y año de inicio de un nuevo período histórico, la Edad Contemporánea, que se prolonga hasta nuestros días.

  • En el plano económico, la Revolución Industrial acabó con el predominio de la economía agraria, e impuso una nueva economía industrial y urbana.
  • En el plano social, la sociedad estamental, basada en el nacimiento y el privilegio, dio paso a una nueva sociedad de clases, fundamentada en la valía y el mérito personal medidos por la riqueza. En ella, la burguesía se convirtió en el grupo social dominante.
  • En el plano artístico, el Neoclasicismo fue sustituido por el Romanticismo y el realismo, que abrieron el camino a las posteriores vanguardias artísticas.

lunes, 23 de octubre de 2017

2. LA ERA DE LAS REVOLUCIONES

3. LA REVOLUCIÓN FRANCESA. (1789 - 1799).
3.1 Las causas de una revolución histórica.

    En Francia, la revolución estalló por diferentes causas:
Políticas e ideológicas. En la segunda mitad del siglo XVIII, el absolutismo había sido criticado por la ilustración, y la revolución americana demostró que era posible derribarlo.
Sociales y económicas. Todos los grupos sociales estaban descontentos. La nobleza y el clero habían perdido poder a causa del absolutismo real y, pese a su riqueza, muchos tenían dificultades económicas debido a sus elevados gastos.
    La burguesía carecía de influencia política, y veía obstaculizados sus negocios por el control
monárquico de la economía. El campesinado, agobiado por los impuestos, apenas tenía para subsistir.
Y los grupos populares urbanos vivían en la miseria.

     3.2 La chispa revolucionaria.
La chispa o causa inmediata que encendió la revolución fue una doble crisis económica: una crisis alimentaria, debida a las malas cosechas de los años anteriores, que hizo que el hambre se extendiera por amplias zonas del país; y una crisis financiera, motivada por el endeudamiento del Estado por los altos gastos militares y de la corte.
La única solución frente a este último problema era que los privilegiados pagasen impuestos. Ante su negativa, el rey Luis XVI convocó en 1789 a los Estados Generales, una asamblea de origen medieval que llevaba sin reunirse desde 1614 y estaba formada por representantes de los tres estamentos. Era la única institución con poder para aprobar nuevos impuestos.
Antes de su reunión, cada estamento redactó sus "cuadernos de quejas", para ser expuestas por sus representantes.

     Los cuadernos de quejas  

   Cuaderno de quejas de Amont
"La conservación de los privilegios personales y de las distinciones que la nobleza ha tenido en todos los tiempos son atributos que la distinguen esencialmente de los demás y que no podrán ser atacados ni destruidos."

   Cuaderno de quejas de Orleans
"Que los eclesiásticos sean mantenidos en el disfrute de todos los diezmos de cualquier naturaleza que posean sin que nadie pueda, por ningún motivo, pronunciarse contra estas posesiones."

   Cuaderno de quejas de Nimes
"Suplicamos humildemente a S.M. que ordene la supresión de todos los privilegios atribuidos a todas las tierras consideradas como nobles..., y que los impuestos de cualquier naturaleza..., sean repartidos entre todas las tierras, ya sean nobles o plebeyas, en función de su valor en el catastro."


    3.3 El inicio de la revolución. La convocatoria de los Estados Generales.
Las sesiones de la asamblea se iniciaron el 5 de mayo de 1789. La discusión inicial se centró en la forma de votar. La nobleza y el clero querían un voto para cada orden o estamento, mientras el Tercer Estado, más numeroso, exigía el voto por cabeza.
Al rechazarse sus peticiones, los representantes del Tercer Estado se proclamaron Asamblea Nacional, o representantes de toda la nación. Luis XVI, alarmado, trató de disolverla, pero no lo consiguió. Al contrario, los representantes se trasladaron a la sala próxima del Juego de Pelota, y juraron no disolverse hasta haber aprobado una constitución.
Se iniciaba así un proceso revolucionario que repercutió en el mundo entero y sirvió de modelo a muchas revoluciones posteriores.

4. La evolución de la Revolución Francesa.


-4.1 La Asamblea Constituyente (1789-1791)
 El 7 de julio de 1789, y mediante votación, la Asamblea Nacional decidió transformarse en Asamblea Constituyente, a fin de dotar a Francia de una constitución. Pero, ante el temor de que el ejército la disolviese, el pueblo de París asaltó el 14 de julio la fortaleza-prisión de la Bastilla para tomar sus armas y defender a sus representantes. En los días siguientes, los disturbios se extendieron a otras ciudades y al campo, donde los campesinos atacaron las casas y las propiedades de los señores.
Las primeras disposiciones aprobadas por la Asamblea Constituyente fueron la abolición del feudalismo, al eliminar los derechos señoriales y el diezmo y nacionalizar los bienes de la Iglesia. Y la aprobación de una Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789), que reconocía los derechos de libertad, propiedad e igualdad ante la ley. Dos años después aprobó la primera constitución francesa: la Constitución de 1791. En ella se proclama la soberanía del pueblo y se establecía la división de poderes y el sufragio censitario o restringido a los varones que poseían ciertas propiedades. Así, el absolutismo daba paso a un sistema político liberal.

-4.2 La Asamblea Legislativa (1791-1792)
Tras aprobarse la Constitución, la Asamblea Constituyente se disolvió y se sustituyo por una Asamblea Legislativa.
En su corta existencia tuvo que enfrentarse a varios problemas. Los más importantes fueron la oposición de los nobles exilados, que conspiraron desde el exterior contra la revolución; la oposición del rey, que fue detenido cuando intentaba huir del país (1791); y la guerra contra Austria y Prusia, países que apoyaban a los contrarrevolucionarios temiendo que la revolución se extendiese a su territorio. También se produjeron enfrentamientos entre revolucionarios moderados-los girondinos-; y grupo radicales-los jacobinos-, que agitaban a los sans culottes, grupos populares compuestos por trabajadores independientes, la Asamblea Legislativa nombró una nueva asamblea, denominada Convención.

-4.3 La Convención (1792-1795)
La Convención estuvo denominada inicialmente por los girondinos. En este período se abolió la monarquía, se proclamó la República (1792), y se procesó y guillotinó a Luis XVI(1793). Ante este hecho, las potencias absolutistas europeas declararon la guerra a Francia.
El descontento popular ante la guerra permitió a los jacobinos radicales acceder al poder, en 1793. Su líder, Robespierre, rechazó la invasión extranjera; promulgó una constitución más democrática (1793) que permitía el sufragio universal masculino; dictó medidas económicas favorables al pueblo; y eliminó a la oposición con el terror y la guillotina. La revolución alcanzaba así su etapa más sangrienta.

Falta un pequeño fragmento

5. La Europa napoleónica
 
   5.1 Napoleón. Del Consulado al Imperio
En su etapa como primer cónsul (1799-1804), Napoleón consiguió consolidar las conquistas de la revolución, al lograr la pacificación del país y llevar a cabo numerosas reformas internas.
-         La pacificación del país la logró eliminando a la oposición radical, permitiendo el regreso de la nobleza exiliada, y firmando un acuerdo o concordato con la Santa Sede (1801). En él, reconocía la religión católica; a cambio, la Iglesia no reclamaría las tierras confiscadas al clero  durante la revolución.
-         Las reformas internas más importantes fueron el Código Civil de 1804, que recogía los logros revolucionarios (igualdad ante la ley, libertad, propiedad y separación entre Iglesia y Estado); la implantación de la libertad económica; la creación de una asistencia social pública; el fomento de la instrucción pública; y la construcción de numerosos monumentos en París.

Estos logros otorgaron a Napoleón una gran popularidad. De ahí que fuera nombrado cónsul vitalicio, en 1802; y más tarde, emperador de los franceses, 1804, con la aprobación popular expresada en un plebiscito o consulta al pueblo.


    5.2 El imperio napoleónico (1805-1815)
Napoleón se propuso también extender la revolución creando un gran imperio europeo bajo la autoridad de Francia. Así, entre 1805 y 1810 se enfrentó a varias coaliciones de países europeos que se formaron contra él, a las que venció en las sucesivas batallas: Austerliz, Ulm, Jena, Eylau, Friendland y Wagram. Logró así dominar gran parte de Europa occidental. La única excepción fue Reino Unido, que derrotó a la flota napoleónica en Trafalgar (1805) y resistió el bloqueo económico decretado por Napoleón (1806).
En los países conquistados Napoleón confió el gobierno a familiares o a los generales franceses. Todos ellos difundieron las ideas revolucionarias, promulgaron constituciones, implantaron el Código Civil napoleónico y abolieron  los impuestos señoriales y el diezmo.

    5.3 La caída de Napoleón
La dominación francesa no fue aceptada en muchos países, donde provocó movimientos nacionalistas contrarios a ella. Tras el fracaso del Gran Ejército enviado contra Rusia (1812) y la derrota en España (1814), una coalición de potencias europeas integrada por Reino Unido, Austria, Prusia y Rusia entró en París. Napoleón fue desterrado a isla de Elba, y se restableció la monarquía en Francia en la persona de Luis XVIII.

Al año siguiente, Napoleón escapó de la isla y recuperó el poder durante cien días. Pero los aliados lo derrotaron definitivamente en Waterloo (1815) y lo desterraron a la isla de Santa Elena, donde murió en 1821.  

domingo, 22 de octubre de 2017

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3. LA REVOLUCIÓN FRANCESA. (1789 - 1799).

    3.1 Las causas de una revolución histórica.


    En Francia, la revolución estalló por diferentes causas:

  • Políticas e ideológicas. En la segunda mitad del siglo XVIII, el absolutismo había sido criticado por la ilustración, y la revolución americana demostró que era posible derribarlo.
  • Sociales y económicas. Todos los grupos sociales estaban descontentos. La nobleza y el clero habían perdido poder a causa del absolutismo real y, pese a su riqueza, muchos tenían dificultades económicas debido a sus elevados gastos.

    La burguesía carecía de influencia política, y veía obstaculizados sus negocios por el control
monárquico de la economía. El campesinado, agobiado por los impuestos, apenas tenía para subsistir.
Y los grupos populares urbanos vivían en la miseria.


     3.2 La chispa revolucionaria.


La chispa o causa inmediata que encendió la revolución fue una doble crisis económica: una crisis alimentaria, debida a las malas cosechas de los años anteriores, que hizo que el hambre se extendiera por amplias zonas del país; y una crisis financiera, motivada por el endeudamiento del Estado por los altos gastos militares y de la corte.


La única solución frente a este último problema era que los privilegiados pagasen impuestos. Ante su negativa, el rey Luis XVI convocó en 1789 a los Estados Generales, una asamblea de origen medieval que llevaba sin reunirse desde 1614 y estaba formada por representantes de los tres estamentos. Era la única institución con poder para aprobar nuevos impuestos.


Antes de su reunión, cada estamento redactó sus "cuadernos de quejas", para ser expuestas por sus representantes.

     Los cuadernos de quejas   


   Cuaderno de quejas de Amont 
"La conservación de los privilegios personales y de las distinciones que la nobleza ha tenido en todos los tiempos son atributos que la distinguen esencialmente de los demás y que no podrán ser atacados ni destruidos."

   Cuaderno de quejas de Orleans
"Que los eclesiásticos sean mantenidos en el disfrute de todos los diezmos de cualquier naturaleza que posean sin que nadie pueda, por ningún motivo, pronunciarse contra estas posesiones."

   Cuaderno de quejas de Nimes
"Suplicamos humildemente a S.M. que ordene la supresión de todos los privilegios atribuidos a todas las tierras consideradas como nobles..., y que los impuestos de cualquier naturaleza..., sean repartidos entre todas las tierras, ya sean nobles o plebeyas, en función de su valor en el catastro."


    3.3 El inicio de la revolución. La convocatoria de los Estados Generales.


Las sesiones de la asamblea se iniciaron el 5 de mayo de 1789. La discusión inicial se centró en la forma de votar. La nobleza y el clero querían un voto para cada orden o estamento, mientras el Tercer Estado, más numeroso, exigía el voto por cabeza.

Al rechazarse sus peticiones, los representantes del Tercer Estado se proclamaron Asamblea Nacional, o representantes de toda la nación. Luis XVI, alarmado, trató de disolverla, pero no lo consiguió. Al contrario, los representantes se trasladaron a la sala próxima del Juego de Pelota, y juraron no disolverse hasta haber aprobado una constitución.

Se iniciaba así un proceso revolucionario que repercutió en el mundo entero y sirvió de modelo a muchas revoluciones posteriores.


   

viernes, 20 de octubre de 2017


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4. La evolución de la Revolución Francesa.


-4.1 La Asamblea Constituyente (1789-1791)

 El 7 de julio de 1789, y mediante votación, la Asamblea Nacional decidió transformarse en Asamblea Constituyente, a fin de dotar a Francia de una constitución. Pero, ante el temor de que el ejército la disolviese, el pueblo de París asaltó el 14 de julio la fortaleza-prisión de la Bastilla para tomar sus armas y defender a sus representantes. En los días siguientes, los disturbios se extendieron a otras ciudades y al campo, donde los campesinos atacaron las casas y las propiedades de los señores.

Las primeras disposiciones aprobadas por la Asamblea Constituyente fueron la abolición del feudalismo, al eliminar los derechos señoriales y el diezmo y nacionalizar los bienes de la Iglesia. Y la aprobación de una Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789), que reconocía los derechos de libertad, propiedad e igualdad ante la ley. Dos años después aprobó la primera constitución francesa: la Constitución de 1791. En ella se proclama la soberanía del pueblo y se establecía la división de poderes y el sufragio censitario o restringido a los varones que poseían ciertas propiedades. Así, el absolutismo daba paso a un sistema político liberal.

-4.2 La Asamblea Legislativa (1791-1792)

Tras aprobarse la Constitución, la Asamblea Constituyente se disolvió y se sustituyo por una Asamblea Legislativa.

En su corta existencia tuvo que enfrentarse a varios problemas. Los más importantes fueron la oposición de los nobles exilados, que conspiraron desde el exterior contra la revolución; la oposición del rey, que fue detenido cuando intentaba huir del país (1791); y la guerra contra Austria y Prusia, países que apoyaban a los contrarrevolucionarios temiendo que la revolución se extendiese a su territorio. También se produjeron enfrentamientos entre revolucionarios moderados-los girondinos-; y grupo radicales-los jacobinos-, que agitaban a los sans culottes, grupos populares compuestos por trabajadores independientes, la Asamblea Legislativa nombró una nueva asamblea, denominada Convención.

-4.3 La Convención (1792-1795)

La Convención estuvo denominada inicialmente por los girondinos. En este período se abolió la monarquía, se proclamó la República (1792), y se procesó y guillotinó a Luis XVI(1793). Ante este hecho, las potencias absolutistas europeas declararon la guerra a Francia.


El descontento popular ante la guerra permitió a los jacobinos radicales acceder al poder, en 1793. Su líder, Robespierre, rechazó la invasión extranjera; promulgó una constitución más democrática (1793) que permitía el sufragio universal masculino; dictó medidas económicas favorables al pueblo; y eliminó a la oposición con el terror y la guillotina. La revolución alcanzaba así su etapa más sangrienta.

jueves, 19 de octubre de 2017

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-uso de la sangría (aunque debe mejorarlo la próxima vez)

5. La Europa napoleónica
  
   5.1 Napoleón. Del Consulado al Imperio
En su etapa como primer cónsul (1799-1804), Napoleón consiguió consolidar las conquistas de la revolución, al lograr la pacificación del país y llevar a cabo numerosas reformas internas.

-         La pacificación del país la logró eliminando a la oposición radical, permitiendo el regreso de la nobleza exiliada, y firmando un acuerdo o concordato con la Santa Sede (1801). En él, reconocía la religión católica; a cambio, la Iglesia no reclamaría las tierras confiscadas al clero  durante la revolución.

-         Las reformas internas más importantes fueron el Código Civil de 1804, que recogía los logros revolucionarios (igualdad ante la ley, libertad, propiedad y separación entre Iglesia y Estado); la implantación de la libertad económica; la creación de una asistencia social pública; el fomento de la instrucción pública; y la construcción de numerosos monumentos en París.

Estos logros otorgaron a Napoleón una gran popularidad. De ahí que fuera nombrado cónsul vitalicio, en 1802; y más tarde, emperador de los franceses, 1804, con la aprobación popular expresada en un plebiscito o consulta al pueblo.


    5.2 El imperio napoleónico (1805-1815)
Napoleón se propuso también extender la revolución creando un gran imperio europeo bajo la autoridad de Francia. Así, entre 1805 y 1810 se enfrentó a varias coaliciones de países europeos que se formaron contra él, a las que venció en las sucesivas batallas: Austerliz, Ulm, Jena, Eylau, Friendland y Wagram. Logró así dominar gran parte de Europa occidental. La única excepción fue Reino Unido, que derrotó a la flota napoleónica en Trafalgar (1805) y resistió el bloqueo económico decretado por Napoleón (1806).

En los países conquistados Napoleón confió el gobierno a familiares o a los generales franceses. Todos ellos difundieron las ideas revolucionarias, promulgaron constituciones, implantaron el Código Civil napoleónico y abolieron  los impuestos señoriales y el diezmo.


    5.3 La caída de Napoleón
La dominación francesa no fue aceptada en muchos países, donde provocó movimientos nacionalistas contrarios a ella. Tras el fracaso del Gran Ejército enviado contra Rusia (1812) y la derrota en España (1814), una coalición de potencias europeas integrada por Reino Unido, Austria, Prusia y Rusia entró en París. Napoleón fue desterrado a isla de Elba, y se restableció la monarquía en Francia en la persona de Luis XVIII.



Al año siguiente, Napoleón escapó de la isla y recuperó el poder durante cien días. Pero los aliados lo derrotaron definitivamente en Waterloo (1815) y lo desterraron a la isla de Santa Elena, donde murió en 1821.