Nota: 10
La derrota definitiva de Napoleón abrió un nuevo período en Europa en el que se intentó restaurar el absolutismo. No obstante acabaron imponiéndose el liberalismo y el nacionalismo, dos nuevas ideologías surgidas de la Revolución Francesa.
La derrota definitiva de Napoleón abrió un nuevo período en Europa en el que se intentó restaurar el absolutismo. No obstante acabaron imponiéndose el liberalismo y el nacionalismo, dos nuevas ideologías surgidas de la Revolución Francesa.
La vuelta al absolutismo.
Entre 1814 y 1815, las potencias vencedoras de Napoleón (Reino Unido, Austria, Prusia y Rusia) se reunieron en el llamado Congreso de Viena. Sus objetivos fueron dos:
- La restauración del Antiguo Régimen. Para ello, el restablecimiento en sus tronos a los monarcas depuestos por Napoleón.
- La reconstrucción del mapa político de Europa. Con ese fin, obligaron a Francia a volver a sus límites de 1791 y se repartieron territorios. El trazado de las nuevas fronteras, sin embargo, se hizo sin contar con los deseos de algunos pueblos, que quedaron así separados o unidos contra su voluntad.
En Viena también se acordó la convocatoria periódica de congresos, donde se tratarían diplomáticamente las posibles disputas entre países; y se autorizó la intervención de las potencias en cualquier país amenazado por una revolución.
Por último, en 1815, se crearon dos grupos de alianzas para asegurar el orden establecido: la Santa Alianza, formada por Austria, Prusia y Rusia, a la que luego se sumaron otros estados; y la Cuádruple Alianza, formada por Austria, Prusia, Rusia y Reino Unido.
Las nuevas ideologías
A pesar de los intentos absolutistas, la Restauración no pudo impedir la expansión por Europa de nuevas ideas y valores, representados por el liberalismo y el nacionalismo.
- El liberalismo defendía la libertad individual, plasmada en el reconocimiento de derechos a los ciudadanos; la igualdad ante la ley, suprimiendo los privilegios; y la implantación de regímenes constitucionales, basados en la soberanía nacional y la división de poderes.
- El nacionalismo sostenía que el marco fundamental de la vida de las personas es la nación, o comunidad con rasgos propios derivados de una historia, una lengua o una cultura comunes. Su objetivo era que cada nación tuviese su propio Estado (estado nación); y, por tanto, reclamaba que las fronteras de las naciones coincidieran con las de los Estados.
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