viernes, 29 de diciembre de 2017

6.La época de la restauración

Nota: 10

   La derrota definitiva de Napoleón abrió un nuevo período en Europa en el que se intentó restaurar el absolutismo. No obstante acabaron imponiéndose el liberalismo y el nacionalismo, dos nuevas ideologías surgidas de la Revolución Francesa.

        La vuelta al absolutismo.

      Entre 1814 y 1815, las potencias vencedoras de Napoleón (Reino Unido, Austria, Prusia y Rusia) se reunieron en el llamado Congreso de Viena. Sus objetivos fueron dos: 

  • La restauración del Antiguo Régimen. Para ello, el restablecimiento en sus tronos a los monarcas depuestos por Napoleón.
  • La reconstrucción del mapa político de Europa. Con ese fin, obligaron a Francia a volver a sus límites de 1791 y se repartieron territorios. El trazado de las nuevas fronteras, sin embargo, se hizo sin contar con los deseos de algunos pueblos, que quedaron así separados o unidos contra su voluntad.

      En Viena también se acordó la convocatoria periódica de congresos, donde se tratarían diplomáticamente las posibles disputas entre países; y se autorizó la intervención de las potencias en cualquier país amenazado por una revolución.

      Por último, en 1815, se crearon dos grupos de alianzas para asegurar el orden establecido: la Santa Alianza, formada por Austria, Prusia y Rusia, a la que luego se sumaron otros estados; y la Cuádruple Alianza, formada por Austria, Prusia, Rusia y Reino Unido.

        Las nuevas ideologías

      A pesar de los intentos absolutistas, la Restauración no pudo impedir la expansión por Europa de nuevas ideas y valores, representados por el liberalismo y el nacionalismo.

  • El liberalismo defendía la libertad individual, plasmada en el reconocimiento de derechos a los ciudadanos; la igualdad ante la ley, suprimiendo los privilegios; y la implantación de regímenes constitucionales, basados en la soberanía nacional y la división de poderes. 
      La ideología liberal se extendió, sobre todo, entre los burgueses y las clases populares de las grandes ciudades.
  • El nacionalismo sostenía que el marco fundamental de la vida de las personas es la nación, o comunidad con rasgos propios derivados de una historia, una lengua o una cultura comunes. Su objetivo era que cada nación tuviese su propio Estado (estado nación); y, por tanto, reclamaba que las fronteras de las naciones coincidieran con las de los Estados. 
      La ideología nacionalista se extendió por los territorios sometidos a un poder extranjero, como Grecia; o por los que aspiraban a formar un Estado unificado, caso de Italia y Alemania.




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