domingo, 3 de diciembre de 2017

La nueva sociedad de clases

Nota: 10


   El capitalismo instauró la división entre capital y trabajo y organizó la sociedad en dos grupos o clases sociales: la burguesía y el proletariado.

   La burguesía poseía el capital, desarrollaba los negocios y era la propietaria de las fábricas, las entidades financieras y de las empresas comerciales. El proletariado, los obreros y obreras, vivían del trabajo que realizaban en las fábricas, minas y medios de transporte a cambio de un salario.
   
   A diferencia de las sociedad estamental, las clases son grupos sociales abiertos con movilidad social, en las que el poder económico es la categoría básica de definición social. ¿Qué desigualdades presentaba la nueva sociedad de clases?



A- LA BURGUESÍA: LA NUEVA ÉLITE SOCIAL

   En el nuevo mundo industrial, la gran burguesía, compuesta por empresarios, banqueros y grandes propietarios agrícolas, se convirtió en la nueva clase dominante. Su riqueza y su deseo de mostrar públicamente su poder y su prestigio le permitieron, poco a poco, sustituir a la aristocracia en la vida social.

   Por debajo había una mediana burguesía compuesta por profesionales (abogados, médicos...), funcionarios y comerciales, y una pequeña burguesía constituida por empleados, tenderos y artesanos cuyas condiciones de vida apenas se diferencian del propietario.

   La nueva burguesía impuso sus valores sociales: la exaltación de la propiedad privada, la virtud del trabajo y del ahorro y el triunfo individual. De la burguesía provenían la mayoría de quienes accedían a la enseñanza universitaria, y formaban la intelectualidad: profesores, ingenieros, jefes de las instituciones y de las empresas, dando lugar a verdaderas dinastías familiares.


B- EL PROLETARIADO: LA FUERZA DE TRABAJO

   En la nueva sociedad industrial, la clase obrera era la mano de obra necesaria para el funcionamiento de las máquinas y constituía el grupo social más desfavorecido.

   En los primeros tiempos de la industrialización, no existía ninguna legislación laboral que regulase las condiciones de trabajo, los salarios o garantizase alguna protección en caso de accidente o enfermedad.

   Los obreros estaban sometidos a una dura disciplina laboral donde los castigos y las penalizaciones eran frecuentes y podían ser despedidos en el momento que desease el empresario.

   Las jornadas en las fábricas o en las minas eran muy largas (14-16 horas), sin apenas descanso semanal, y se realizaban en condiciones muy deficientes, con ruidos y humos asfixiantes. Los salarios eran muy bajos y no se percibían en caso de enfermedad o vejez.

   Los niños, las niñas y la mujeres trabajaban en las mismas condiciones que los hombres, tanto en las fábricas como en las minas, pero sus salarios eran inferiores. En Inglaterra, el sueldo de los niños equivalía un 10% del de los hombres , y el de las mujeres, alrededor de un 40%.

   las pésimas condiciones de vida, la fatiga, las enfermedades profesionales, la desnutrición y las epidemias acababan muy pronto con la vida de las familias obreras. las esperanza de vida era baja y los 50 años las personas ya estaban muy envejecidas


Jesús Bancalero Sánchez 4ºB

























ación

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