Las transformaciones agrarias.
En el Antiguo Régimen la mayoría de la población trabajaba en el campo, sobre todo en el cultivo de cereales, que en esta época constituían la base de la alimentación.
Las técnicas agrarias empleadas eran rudimentarias. Básicamente, consistían en la rotación bienal o trienal, dejando cada año en barbecho la mitad o un tercio de la tierra. Por eso, los rendimientos eran bajos.
Además, la mayoría de las tierras eran señoríos en manos de la nobleza y el clero, que cobraban numerosos impuestos o derechos señoriales a sus habitantes.
En el siglo XVIII, la agricultura progresó . Así, se difundieron nuevos cultivos procedentes de América (maíz, patata...), que diversificaron la alimentación.
Y se implantaron mejoras técnicas en algunos países, como las Provincias Unidas y Gran Bretaña, que al sustituir el barbecho por la rotación continua de cultivos aumentaron los rendimientos.
El régimen señorial, sin embargo, se mantuvo.
Los cambios en la artesanía.
En el Antiguo Régimen, la producción artesanal era escassa y se centraba en los sectores textil y del metal. El trabajo se realizaba en talleres urbanos, controlados por los gremios.
En el siglo XVIII, la producción artesanal creció debido, especialmente, al aumento de la población y de la demanda.
Además, se desarrollaron nuevas formas de producción con el fin de evitar el control de los gremios. Estas nuevas formas fueron el trabajo a domicilio y las manufacturas.
- El trabajo a domicilio lo llevaban a cabo los campesinos en su propio hogar, por encatgo de un empresario. Este les pagaba un salario, les proporcionaba las materias primas y las herramientas, y se encargaba de comercializar el producto.
- Las manufacturas eran grandes talleres especializados, donde numerosos artesanos trabajan a sueldo para el Estado o para particulares fabricando artículos de lujo.
Los cambios en el comercio
En el Antiguo Régimen, el comercio interior se realizaba en carros o diligencias a través de malos caminos, y se celebraba en mercados urbanos semanales, donde se cambiaban productos agrarios del entorno por productos artesanales. El comercio exterior, por su parte, se centró en las grandes ciudades portuarias, sobre todo desde los descubrimientos geográficos y el establecimiento de colonias en África, Asia y América.
En el siglo XVIII, el comercio interior progresó con la mejora de los caminos, la construcción de canales navegables y el aumento de la producción agraria y artesanal. En el exteerior, las colonias proporcionaban metales preciosos y productos de plantación (algodón, café, té, cacao, azúcar), y demandaban manufacturas y esclavos africanos. Los grandes beneficios obtenidos impulsaron el capitalismo comercial, el crédito, las compañías comerciales, los bancos y las bolsas.
En el Antiguo Régimen, el comercio interior se realizaba en carros o diligencias a través de malos caminos, y se celebraba en mercados urbanos semanales, donde se cambiaban productos agrarios del entorno por productos artesanales. El comercio exterior, por su parte, se centró en las grandes ciudades portuarias, sobre todo desde los descubrimientos geográficos y el establecimiento de colonias en África, Asia y América.
En el siglo XVIII, el comercio interior progresó con la mejora de los caminos, la construcción de canales navegables y el aumento de la producción agraria y artesanal. En el exteerior, las colonias proporcionaban metales preciosos y productos de plantación (algodón, café, té, cacao, azúcar), y demandaban manufacturas y esclavos africanos. Los grandes beneficios obtenidos impulsaron el capitalismo comercial, el crédito, las compañías comerciales, los bancos y las bolsas.
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