martes, 5 de diciembre de 2017

6. Cambio económico y social a partir de 1985

2ª evaluación
Una falta de ortografía
Nota: 9

6. Cambio económico y social a partir de 1985

  Las transformaciones económicas
     La transformación de la economía se inició con las medidas de ajuste que la CEE (actual UE) exigía para aceptar el ingreso de España.

     A partir de 1986, España experimentó un crecimiento económico anual superior a la media comunitaria y redujo las distancias con los países más desarrollados. Su Producto Interior Bruto (PIB) aumentó de manera considerable: entre 1996 y 2008, el número de trabajadores y trabajadoras se incrementó en casi ocho millones de personas, y la economía conoció un proceso de creciente terciarización.

     A pesar del crecimiento, la economía española continuó manteniendo algunos problemas estructurales. El déficit de la balanza comercial era elevado, la productividad industrial era baja, y persistía el retraso en la innovación tecnológica. Además, el crecimiento a partir del año 2000 se apoyó excesivamente en el sector inmobiliario. Cuando a partir de 2008 se produjo la crisis económica mundial, la economía española se resintió gravemente.

 
  Los cambios demográficos
     En las últimas décadas se ha producido en España un notable retraso en la edad de matrimonio y de reproducción, un descenso en el número de nacimientos y, en consecuencia, un descenso de la tasa de natalidad (9,2% en 2014). Paralelamente, se ha incrementado la esperanza de vida, lo que ha comportado un envejecimiento de la población.

     El crecimiento natural de la población es actualmente muy bajo (0,7% en 2014), aunque la población española aumentó, situándose en los 47 265 321 habitantes en el año 2011, gracias a la llegada de un elevado número de inmigrantes. A finales de 2015, el número de habitantes se ha reducido a 46 524 943, como efecto de la drástica reducción de la inmigración e incluso el retorno de parte de ella a sus países de origen, debido a los efectos de la crisis económica 2008.


  La modernización de la sociedad
     En las últimas décadas se ha producido un incremento de la renta nacional bruta*, que sitúa a España entre los 15 países más ricos del mundo, y que se ha traducido en la mejora de las condiciones materiales y en un aumento del consumo (electrodomésticos, ropa, coche, informática, ocio, vacaciones). Esta tendencia ha declinado desde 2009, también como efecto de la crisis económica.

     La estructura familiar tradicional ha evolucionado con el crecimiento de las familias monoparentales, de las adopciones, el reconocimiento de las parejas de hecho y del matrimonio entre personas del mismo sexo. Además, se han regulado el divorcio y la interrupción del embarazo y se ha producido una secularización de la sociedad.

     En cuanto a la estructura social, se ha afianzado el predominio de las clases medias urbanas (empleados de servicios, obreros de cuello blanco*, técnicos y profesionales…), que hoy en día constituyen uno de los ejes vertebradotes de la sociedad española.  


   España en la esfera internacional
     La instauración de un régimen democrático en España permitió que el país se integrara en organismos internacionales (CEE, OTAN) que estaban vetados a la dictadura franquista.

     Sin duda, el hecho más trascendental fue la entrada el 12 de julio de 1985 en la Comunidad Económica Europea (posteriormente Unión Europea), que favoreció  nuestra integración en uno de los mayores circuitos económicos del mundo y la proyección internacional de nuestro país.


   La entrada en la Unión Europea (EU)
      Entre 1977 y 1980, y como requisito para su ingreso en la CEE (actual Unión Europea), España ratificó los pactos internacionales sobre Derechos Humanos de las Naciones Unidas y la Carta Social Europea.

      Además, realizó, a lo largo de la década de 1980, una reestructuración en profundidad de la economía y la legislación españolas para acercarlas a los países comunitarios.

      En compensación, durante casi dos décadas, España ha sido la mayor beneficiaria de los Fondos de Cohesión*, que han permitido la realización de fuentes inversiones en infraestructuras (autovías, ferrocarriles, aeropuertos…), el desarrollo de políticas de empleo, la promoción de zonas rurales e industriales, y la puesta en marcha de proyectos medioambientales, de innovación tecnológica y d educación.
      Desde 2014, España ha dejado de ser beneficiaria de dichos fondos destinados ahora a otros países de la UE que todavía no alcanzan el 90% de la Renta Nacional Bruta media de la Unión Europea.


   La integración en la OTAN   
      La incorporación de España a la Alianza Atlántica fue aprobada por las Cortes, con la oposición de los partidos de izquierda, en mayo de 1982.


      Con la subida al poder de los socialistas, estos cambiaron de posición respecto a la integración en la OTAN y defendieron el Sí en el referéndum convocado en 1986 sobre la permanencia de España en la OTAN, pero a condición de no integrarse en la estructura militar. El acceso al poder del Partido Popular, en 1996, supuso la incorporación de España a la estructura militar de la OTAN en 1997.  

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