Nota: 10
En la primera mitad del siglo XIX, la restauración del absolutismo y la extensión del liberalismo dieron lugar a nuevas oleadas revolucionarias.
En la primera mitad del siglo XIX, la restauración del absolutismo y la extensión del liberalismo dieron lugar a nuevas oleadas revolucionarias.
Las revoluciones de 1820 y 1830
- Las revoluciones de 1820 se centraron en el área mediterránea y en Rusia. En ellas tuvieron un destacado papel los oficiales del ejército y las sociedades secretas. Así, los liberales protagonizaron levantamientos antiabsolutistas en España, Portugal, Nápoles, Piamonte y Rusia. Inicialmente algunos monarcas tuvieron que aceptar constituciones; pero, al final, se impuso el absolutismo.
- Las revoluciones de 1830 afectaron a casi toda Europa, y llevaron a los liberales al poder en muchos Estados. Se iniciaron en Francia, con la destitución de Carlos X y la implantación de la monarquía constitucional de Luis Felipe de Orleans. Después, la revolución se extendió a Bélgica, que logró la independencia de Holanda; y a España, Portugal, Polonia y diversos estados italianos y alemanes. Sin embargo, una vez conquistado el poder, el liberalismo limitó los derechos y las libertades e implantó el sufragio censitario o restringido, excluyendo así a los grupos populares de la política y del poder.
Las revoluciones de 1848
Las revoluciones de 1848 tuvieron mayor extensión y participación popular y fueron más radicales. Partiendo de Francia, donde Luis Felipe se vio obligado a abandonar el trono, se proclamó la Segunda República, y se implantó una constitución que establecía el sufragio universal masculino. La revolución afectó también a Prusia, Austria-Hungría, Suiza, la Confederación Germánica y algunos estados italianos.
En todas ellas, los revolucionarios levantaron barricadas en las calles y exigieron más derechos, soberanía popular, sufragio universal masculino e igualdad social. Estas exigencias asustaron a la burguesía que reprimió las revoluciones e implantó un liberalismo conservador.
Las consecuencias de las revoluciones
A pesar de sus limitaciones, el balance de las revoluciones liberales fue positivo, pues consolidaron ciertas conquistas revolucionarias. Así, muchos países de Europa occidental adoptaron el liberalismo y se dotaron de constituciones escritas en las que se reconocía el sufragio censitario masculino. Francia mantuvo el sufragio universal masculino. Y la servidumbre se abolió en casi todos los países de Europa central y oriental, excepto Rusia.
La burguesía fue la gran triunfadora de las revoluciones liberales, y se convirtió en conservadora y defensora del orden. Los grupos populares, en cambio, resultaron derrotados, al no conseguir transformaciones políticas y sociales más profundas. Pero tomaron conciencia de clase, y comenzaron a organizarse para enfrentarse a la burguesía y al Estado liberal que habían contribuido a crear.
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