Falta una línea
Nota: 9
La Asamblea Constituyente (1789-1791)
El 7 de julio de 1789, y mediante votación, la Asamblea Nacional decidió transformarse en Asamblea Constituyente, a fin de dotar Francia de una constitución. Pero, ante el temor de que el ejército la disolviese, el pueblo de París asaltó el 14 de julio la fortaleza-prisión de la Bastilla para tomar sus armas y defender a sus representantes. En los días siguientes, los disturbios se extendieron a otras ciudades y al campo, donde los campesinos atacaron las casas y las propiedades de los señores.
Las primeras disposiciones aprobadas por la Asamblea Constituyente fueron la abolición de feudalismo, al eliminar los derechos señoriales y el diezmo y nacionalizar los bienes de la Iglesia. Y la aprobación de una Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789), que reconocía los derechos de libertad, propiedad e igualdad ante la ley. Dos años después aprobó la primera constitución francesa: la Constitución de 1791. En ella se proclamaba la soberanía del pueblo y se establecía la división de poderes y el sufragio censitario o restringido a los varones que poseían ciertas propiedades. Así, el absolutismo daba paso a un sistema político liberal.
La Asamblea Legislativa (1791-1792)
Tras aprobarse la Constitución, la Asamblea Constituyente se disolvió y se sustituyó por una Asamblea Legislativa.
En su corta existencia tuvo que enfrentarse a varios problemas. Los más importantes fueron la oposición de los nobles exilados, que conspiraron desde el exterior contra la revolución; la oposición del rey, que fue detenido cuando intentaba huir del país (1791); y la guerra contra Austria y Prusia, países que apoyaban a los contrarrevolucionarios temiendo que la revolución se extendiese a su territorio. También se produjeron enfrentamientos entre revolucionarios moderados —los girondinos—; y grupos radicales —los jacobinos—, que agitaban a los sans culottes, grupos populares compuestos por trabajadores independientes, pequeños comerciantes y artesanos. Para asamblea, denominada Convención.
La Convención (1792-1795)
La Convención estuvo dominada inicialmente por los girondinos. En este período se abolió la monarquía, se proclamó la República (1792), y se procesó y guillotinó a Luis XVI (1793). Ante este hecho, las potencias absolutistas europeas declararon la guerra a Francia.
El descontento popular ante la guerra permitió a los jacobinos radicales acceder al poder, en 1793. Su líder, Robespierre, rechazó la invasión extranjera; promulgó una constitución más democrática (1793) que permitía el sufragio universal masculino; dictó medidas económicas favorables al pueblo; y eliminó a la oposición con el terror y la guillotina. La revolución alcanzaba así su etapa más sangrienta.
Asustada, la Convención depuso y guillotinó a Robespierre y a sus partidarios. El poder pasó a diputados del centro, que elaboraron la Constitución de 1795, más moderada y con sufragio restringido.
El Directorio y el Consulado (1795-1799)
Según lo establecido en la Constitución, el poder ejecutivo recayó en un Directorio de cinco miembros. Este emprendió numerosas campañas militares en Italia, Prusia, Austria y Egipto. En ellas destacó el joven general Napoleón Bonaparte que, aprovechando su prestigio, dio un golpe de Estado (1799) y sustituyó el Directorio por un Consulado integrado por tres cónsules. Finalmente, Napoleón consiguió ser nombrado primer cónsul y se adueñó del poder.
No hay comentarios:
Publicar un comentario