lunes, 23 de octubre de 2017

2. LA ERA DE LAS REVOLUCIONES

3. LA REVOLUCIÓN FRANCESA. (1789 - 1799).
3.1 Las causas de una revolución histórica.

    En Francia, la revolución estalló por diferentes causas:
Políticas e ideológicas. En la segunda mitad del siglo XVIII, el absolutismo había sido criticado por la ilustración, y la revolución americana demostró que era posible derribarlo.
Sociales y económicas. Todos los grupos sociales estaban descontentos. La nobleza y el clero habían perdido poder a causa del absolutismo real y, pese a su riqueza, muchos tenían dificultades económicas debido a sus elevados gastos.
    La burguesía carecía de influencia política, y veía obstaculizados sus negocios por el control
monárquico de la economía. El campesinado, agobiado por los impuestos, apenas tenía para subsistir.
Y los grupos populares urbanos vivían en la miseria.

     3.2 La chispa revolucionaria.
La chispa o causa inmediata que encendió la revolución fue una doble crisis económica: una crisis alimentaria, debida a las malas cosechas de los años anteriores, que hizo que el hambre se extendiera por amplias zonas del país; y una crisis financiera, motivada por el endeudamiento del Estado por los altos gastos militares y de la corte.
La única solución frente a este último problema era que los privilegiados pagasen impuestos. Ante su negativa, el rey Luis XVI convocó en 1789 a los Estados Generales, una asamblea de origen medieval que llevaba sin reunirse desde 1614 y estaba formada por representantes de los tres estamentos. Era la única institución con poder para aprobar nuevos impuestos.
Antes de su reunión, cada estamento redactó sus "cuadernos de quejas", para ser expuestas por sus representantes.

     Los cuadernos de quejas  

   Cuaderno de quejas de Amont
"La conservación de los privilegios personales y de las distinciones que la nobleza ha tenido en todos los tiempos son atributos que la distinguen esencialmente de los demás y que no podrán ser atacados ni destruidos."

   Cuaderno de quejas de Orleans
"Que los eclesiásticos sean mantenidos en el disfrute de todos los diezmos de cualquier naturaleza que posean sin que nadie pueda, por ningún motivo, pronunciarse contra estas posesiones."

   Cuaderno de quejas de Nimes
"Suplicamos humildemente a S.M. que ordene la supresión de todos los privilegios atribuidos a todas las tierras consideradas como nobles..., y que los impuestos de cualquier naturaleza..., sean repartidos entre todas las tierras, ya sean nobles o plebeyas, en función de su valor en el catastro."


    3.3 El inicio de la revolución. La convocatoria de los Estados Generales.
Las sesiones de la asamblea se iniciaron el 5 de mayo de 1789. La discusión inicial se centró en la forma de votar. La nobleza y el clero querían un voto para cada orden o estamento, mientras el Tercer Estado, más numeroso, exigía el voto por cabeza.
Al rechazarse sus peticiones, los representantes del Tercer Estado se proclamaron Asamblea Nacional, o representantes de toda la nación. Luis XVI, alarmado, trató de disolverla, pero no lo consiguió. Al contrario, los representantes se trasladaron a la sala próxima del Juego de Pelota, y juraron no disolverse hasta haber aprobado una constitución.
Se iniciaba así un proceso revolucionario que repercutió en el mundo entero y sirvió de modelo a muchas revoluciones posteriores.

4. La evolución de la Revolución Francesa.


-4.1 La Asamblea Constituyente (1789-1791)
 El 7 de julio de 1789, y mediante votación, la Asamblea Nacional decidió transformarse en Asamblea Constituyente, a fin de dotar a Francia de una constitución. Pero, ante el temor de que el ejército la disolviese, el pueblo de París asaltó el 14 de julio la fortaleza-prisión de la Bastilla para tomar sus armas y defender a sus representantes. En los días siguientes, los disturbios se extendieron a otras ciudades y al campo, donde los campesinos atacaron las casas y las propiedades de los señores.
Las primeras disposiciones aprobadas por la Asamblea Constituyente fueron la abolición del feudalismo, al eliminar los derechos señoriales y el diezmo y nacionalizar los bienes de la Iglesia. Y la aprobación de una Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789), que reconocía los derechos de libertad, propiedad e igualdad ante la ley. Dos años después aprobó la primera constitución francesa: la Constitución de 1791. En ella se proclama la soberanía del pueblo y se establecía la división de poderes y el sufragio censitario o restringido a los varones que poseían ciertas propiedades. Así, el absolutismo daba paso a un sistema político liberal.

-4.2 La Asamblea Legislativa (1791-1792)
Tras aprobarse la Constitución, la Asamblea Constituyente se disolvió y se sustituyo por una Asamblea Legislativa.
En su corta existencia tuvo que enfrentarse a varios problemas. Los más importantes fueron la oposición de los nobles exilados, que conspiraron desde el exterior contra la revolución; la oposición del rey, que fue detenido cuando intentaba huir del país (1791); y la guerra contra Austria y Prusia, países que apoyaban a los contrarrevolucionarios temiendo que la revolución se extendiese a su territorio. También se produjeron enfrentamientos entre revolucionarios moderados-los girondinos-; y grupo radicales-los jacobinos-, que agitaban a los sans culottes, grupos populares compuestos por trabajadores independientes, la Asamblea Legislativa nombró una nueva asamblea, denominada Convención.

-4.3 La Convención (1792-1795)
La Convención estuvo denominada inicialmente por los girondinos. En este período se abolió la monarquía, se proclamó la República (1792), y se procesó y guillotinó a Luis XVI(1793). Ante este hecho, las potencias absolutistas europeas declararon la guerra a Francia.
El descontento popular ante la guerra permitió a los jacobinos radicales acceder al poder, en 1793. Su líder, Robespierre, rechazó la invasión extranjera; promulgó una constitución más democrática (1793) que permitía el sufragio universal masculino; dictó medidas económicas favorables al pueblo; y eliminó a la oposición con el terror y la guillotina. La revolución alcanzaba así su etapa más sangrienta.

Falta un pequeño fragmento

5. La Europa napoleónica
 
   5.1 Napoleón. Del Consulado al Imperio
En su etapa como primer cónsul (1799-1804), Napoleón consiguió consolidar las conquistas de la revolución, al lograr la pacificación del país y llevar a cabo numerosas reformas internas.
-         La pacificación del país la logró eliminando a la oposición radical, permitiendo el regreso de la nobleza exiliada, y firmando un acuerdo o concordato con la Santa Sede (1801). En él, reconocía la religión católica; a cambio, la Iglesia no reclamaría las tierras confiscadas al clero  durante la revolución.
-         Las reformas internas más importantes fueron el Código Civil de 1804, que recogía los logros revolucionarios (igualdad ante la ley, libertad, propiedad y separación entre Iglesia y Estado); la implantación de la libertad económica; la creación de una asistencia social pública; el fomento de la instrucción pública; y la construcción de numerosos monumentos en París.

Estos logros otorgaron a Napoleón una gran popularidad. De ahí que fuera nombrado cónsul vitalicio, en 1802; y más tarde, emperador de los franceses, 1804, con la aprobación popular expresada en un plebiscito o consulta al pueblo.


    5.2 El imperio napoleónico (1805-1815)
Napoleón se propuso también extender la revolución creando un gran imperio europeo bajo la autoridad de Francia. Así, entre 1805 y 1810 se enfrentó a varias coaliciones de países europeos que se formaron contra él, a las que venció en las sucesivas batallas: Austerliz, Ulm, Jena, Eylau, Friendland y Wagram. Logró así dominar gran parte de Europa occidental. La única excepción fue Reino Unido, que derrotó a la flota napoleónica en Trafalgar (1805) y resistió el bloqueo económico decretado por Napoleón (1806).
En los países conquistados Napoleón confió el gobierno a familiares o a los generales franceses. Todos ellos difundieron las ideas revolucionarias, promulgaron constituciones, implantaron el Código Civil napoleónico y abolieron  los impuestos señoriales y el diezmo.

    5.3 La caída de Napoleón
La dominación francesa no fue aceptada en muchos países, donde provocó movimientos nacionalistas contrarios a ella. Tras el fracaso del Gran Ejército enviado contra Rusia (1812) y la derrota en España (1814), una coalición de potencias europeas integrada por Reino Unido, Austria, Prusia y Rusia entró en París. Napoleón fue desterrado a isla de Elba, y se restableció la monarquía en Francia en la persona de Luis XVIII.

Al año siguiente, Napoleón escapó de la isla y recuperó el poder durante cien días. Pero los aliados lo derrotaron definitivamente en Waterloo (1815) y lo desterraron a la isla de Santa Elena, donde murió en 1821.  

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