domingo, 29 de octubre de 2017

5 El pensamiento en el siglo XVIII

Nota: 10
Debes colocar sangrías más grandes



02.1 La Ilustración

  Aspectos generales

  La Ilustración fue un movimiento filosófico, científico y literario desarrollado en Europa y sus colonias durante el siglo XVIII, también llamado el Siglo de las Luces. Supuso una modernización cultural y un intento de transformación de las estructuras del Antiguo Régimen. Sus orígenes se encuentran en las ideas renacentistas y en los pensadores de la llamada revolución científica, como Locke, Newton o Descartes.

  Desde estos puntos de partida, a principios del siglo XVIII, en Europa se fueron abriendo paso diversas corrientes críticas hacia la mentalidad tradicional. Autores como Montesquieu, en sus Cartas persas, o Jonathan Swift, en Los viajes de Gulliver, lanzaron un feroz ataque a las estructuras sociales de su época. Otros cuestionaron las creencias religiosas tradicionales por considerarlas ajenas a toda concepción racional, aunque en la mayoría de los casos defendían al deísmo.

  En el ámbito político, los pensadores ilustrados declaraban su admiración por los cambios experimentados en Inglaterra a finales del siglo XVII, durante la llamada Revolución Gloriosa. Sin embargo, fue en Francia donde más intensamente, arraigó el espíritu ilustrado debido a la tradición racionalista, plasmada en la filosofía cartesiana, y al desencanto surgido tras el reinado de Luis XIV.
Desde allí se difundió al resto de Europa.

Los principios básicos de la Ilustración fueron:

  • La exaltación de la razón.      
  • El acercamiento a la naturaleza.
  • La búsqueda de la felicidad.
  • El sentido del progreso.

 A diferencia de otras corrientes de pensamiento de épocas anteriores, la Ilustración estuvo alejada de la universidad y de los libros. A su divulgación contribuyeron los llamados <<salones>> y los nuevos medios de comunicación -panfletos, folletos, revistas y periódicos-, así como la masonería, organización fundada en Gran Bretaña a principios del siglo XVIII y que defendía los principios deístas y filantrópicos.
  

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