Las revoluciones que se produjeron en Europa durante el siglo XIX se debieron a que muchos ciudadanos no aceptaban la Restauración ni el regreso al Antiguo Régimen. Estas revoluciones se basaron en tres doctrinas o ideologías políticas: el liberalismo, el nacionalismo y la democracia.
2.1
El liberalismo
El
liberalismo es la doctrina política que defiende las libertades
del individuo, como el derecho a la vida, la libertad de
expresión, de reunión, la posibilidad de elegir a sus
representantes políticos, el derecho a la propiedad privada,
etcétera.
Esta
ideología política tuvo su origen en los principios del liberalismo
británico y la Ilustración (igualdad y libertad), que triunfaron
con la revolución parlamentaria que tuvo lugar en Reino Unido (la
Revolución Gloriosa), el nacimiento de los Estados Unidos y la
Revolución francesa.
Desde
el punto de vista social, el liberalismo representaba los intereses
de la burguesía, en especial de la alta burguesía
(banqueros, grandes propietarios...), que luchaba por mantener los
derechos políticos conseguidos en sus respectivos países. Los
principios políticos que defendieron los liberales en el siglo XIX
fueron los siguientes:
-
La elaboración de una Constitución, que garantizase la
protección de los derechos y las libertades de los ciudadanos.
-La
monarquía constitucional como forma de gobierno.
-La separación de poderes: el ejecutivo en el rey y el
Gobierno, el legislativo en las Cortes o Parlamento, y el judicial en
los tribunales de justicia.
-La
soberanía nacional, que se expresaba a través del sufragio
censitario o restringido (solo podían votar aquellos que tuviesen
unas rentas determinadas).
-Las
libertades individuales: de asociación, de expresión, de
prensa, de imprenta, de religión, de reunión, etc.
Importante
Los
partidos liberales en el siglo XIX
Todos
los partidos políticos liberales aceptaban estos principios, pero no
todos los entendían de la misma manera:
Los
liberales moderados:
-Eran partidarios de un sufragio muy restringido, según el cual solo
podían votar aquellas personas que tuviesen unas rentas muy
elevadas. De esta forma, solo la alta burguesía podía votar y
promulgar las leyes favorables a sus intereses.
-Defendían
que la soberanía, o poder supremo de una nación, era compartida
entre las Cortes y el Rey (derecho a disolver y convocar las Cortes).
-Aceptaban
la libertad de expresión y de imprenta, pero limitadas por una
censura previa.
Los
liberales progresistas:
-Eran
partidarios del sufragio restringido, pero reduciendo el nivel de la
renta mínima exigible para poder votar, para que así pudiese
hacerlo un mayor número de ciudadanos (pequeños propietarios).
-Defendían
que la soberanía residía únicamente en el pueblo (soberanía
nacional), representado en las Cortes.
-Aceptaban
la libertad de expresión y reunión sin ningún tipo de
restricciones.
EL
CONGRESO DE VIENA: EUROPA EN 1815
La
configuración territorial del nuevo mapa europeo favorecía a las
cuatro grandes potencias que habían derrotado a Napoleón:
-Rusia
recibió Finlandia, parte del Imperio otomano (Besarabia) y parte de
Polonia. Se convirtió en la mayor potencia continental.
-Austria
recibió el reino de Lombardo-Véneto (norte de Italia), parte de
Polonia, Dalmacia y el Tirol.
-Prusia
se anexionó Renania, una parte de Polonia y de Sajonia; pero quedó
dividida en dos partes.
-Reino
Unido obtuvo el control del mediterráneo, del Mar del Norte y del
Báltico, a través de la tutela de puntos estratégicos, como Malta
o las Islas Jónicas.
Otros
cambios territoriales relevantes fueron:
-Bélgica
quedó unida a las Provincias Unidas (Holanda) constituyendo el Reino
de los Países Bajos.
-Se
creó la Confederación Germánica, formada por treinta y nueve
estados alemanes dominados por Austria, que presidía la Dieta o
Parlamento de la Confederación, y Prusia.
-Italia
quedó dividida en siete estados.
-Suecia
se anexionó Noruega, antes controlada por Dinamarca.
-Francia quedó reducida a las fronteras que tenían en 1791.
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