viernes, 23 de marzo de 2018

7.3 Las consecuencias de la independencia

Nota: 10


7.3 Las consecuencias de la independencia
    Las consecuencias para España fueron desastrosas:

-                  - España perdió su hegemonía sobre América Latina.
-                  -  La pérdida de las colonias americanas le restó prestigio y poder internacional; acabó convirtiéndose en una potencia de segundo orden.
-                 - La economía española se resintió, en especial las manufacturas catalanas, al perder el dominio comercial que tenía sobre las colonias americanas, pero también la Corona, que dejó de percibir las cuantiosas riquezas que llegaban de América (metales preciosos, productos coloniales, impuestos…)

    Las consecuencias para los nuevos países americanos fueron otras:

-                    - La burguesía criolla alcanzó el poder político y económico que tanto había deseado.
-                   -  Las nuevas naciones surgieron (Venezuela, Argentina, México, etc.) se convirtieron en repúblicas independentistas.
-                   -  La mayoría de las nuevas repúblicas pasaron a estar bajo la influencia del Reino Unido, hasta que en 1823 el presidente norteamericano, Monroe, aplicó su lema América para los americanos (Doctrina Monroe) y, poco a poco, a lo largo del siglo XIX, los Estados Unidos fueron imponiendo su dominio sobre los países latinoamericanos.
-                  -  El establecimiento del libre comercio empobreció a muchas naciones que no pudieron competir con los productos europeos y norteamericanos.





8. El Romanticismo
    El Romanticismo fue un movimiento cultural (música, literatura) y artístico (pintura, escultura, arquitectura…) que se desarrolló en Europa durante la primera mitad del siglo XIX. Los principales rasgos del Romanticismo fueron:

-        -  Libertad creadora para el artista. De esta forma, el Romanticismo coincidía con las demandas del liberalismo.
-        -  Manifestación del sentimiento. Lo importante para el artista era transmitir sus emociones, fiel reflejo de su alma.
-         - Exaltación de su pasado nacional. En las poblaciones sometidas por Napoleón se habían desarrollado sentimientos nacionalistas que buscaron sus raíces en el pasado, especialmente en la Edad Media. Los artistas del Romanticismo expresaron en sus obras el sentir de sus respectivos pueblos.

    La arquitectura del Romanticismo, también conocida como historicismos, buscaba la exaltación del pasado nacional e imitó al arte gótico, lo que originó el estilo neogótico. Un buen ejemplo es el edificio del Parlamento de Londres, de Charles Barry.

    La escultura reflejaba el sentir de los pueblos en su lucha por conseguir las libertades y la independencia. Este dramatismo se transmitió a través del movimiento. Entre los principales escultores sobresalió François Rude, que realizó el relieve La Marsellesa del Arco de la Estrella (París).

    La pintura romántica retrató de forma idealizada las situaciones de angustia, muerte o exaltación política de su época. Se utilizaron colores cálidos (rojo, tierra…) y la representación del movimiento. Los autores más representativos fueron Théodore Géricault (la balsa de la Medusa) y Eugène Delacroix (La Libertad guiando al pueblo). Durante el Romanticismo, el paisaje se convirtió en protagonista de la pintura. Destacaron Gaspar David Friedrich, con paisajes simbólicos como El mar de hielo, John Constable y William Turner (Lluvia, vapor y velocidad) que captaron los cambios atmosféricos (lluvia, arco iris…).

El Romanticismo en España

    El Romanticismo español se desarrolló de forma tardía, a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. En arquitectura se creó el estilo neomudéjar, reflejo del arte mudéjar de la Edad Media, como el Gran Teatro Falla (Cádiz). También se construyeron plazas de toros como la Monumental, en Barcelona, o en la plaza de las ventas, en Madrid. La pintura reflejó hechos históricos y tradiciones populares. Destacó el autor Antonio Gisbert con obras de temática histórica (Amadeo I ante el cadáver de Prim).



 
El Parlamento de Londres, de Charles Barry

 
La balsa de la Medusa, de Théodore Géricault

     

No hay comentarios:

Publicar un comentario