Nota: 10
Las ideas nacionalistas favorecieron algunos procesos de unificación. Fueron los casos de Italia y de Alemania, donde contribuyeron a la difusión de las ideas de construcción de un Estado liberal unitario. También impulsaron el proceso de descomposición del imperio turco y el surgimiento de nuevos Estados.
Las ideas nacionalistas favorecieron algunos procesos de unificación. Fueron los casos de Italia y de Alemania, donde contribuyeron a la difusión de las ideas de construcción de un Estado liberal unitario. También impulsaron el proceso de descomposición del imperio turco y el surgimiento de nuevos Estados.
La unificación de Italia (1859-1870)
El proceso de unificación fue dirigido por el reino de Piamonte-Cerdeña. Sus protagonistas fueron el rey Víctor Manuel II y su primer ministro Cavour, que se ganaron la confianza de las corrientes nacionalistas más significativas; y el revolucionario Garibaldi. La unificación se realizó en varias etapas.
Primero, Víctor Manuel II incorporó Lombardía al reino de Piamonte-Cerdeña luchando contra Austria, y los ducados centrales de Italia. Mientras, Garibaldi conquistaba el reino de Dos Sicilias, en el sur, al frente de un ejército conocido como “los mil camisas rojas”.
Tras esta unificación parcial, se proclamó el reino de Italia (1861). Finalmente, la unidad se completó con la anexión de Venecia (1866) y la conquista de los Estados Pontificios (1870).
El nuevo Estado implantó un sistema político liberal basado en el sufragio censitario.
La unificación de Alemania (1864-1871)
Los protagonistas de la unificación fueron el reino de Prusia, regido por Guillermo I, y el canciller Bismarck. Ambos se propusieron unificar Alemania sin incluir a Austria, su rival político.
El proceso de unificación se llevó acabo en dos etapas. Primero, Prusia se enfrentó y derrotó a Austria en Sadowa (1866), lo que permitió unificar los estados alemanes del norte. Luego, se enfrentó y venció a Francia en Sedán (1870), incorporando Alsacia y Lorena; y unificó los estados alemanes del sur. Se iniciaba así el II Reich o imperio alemán (1871).
El nuevo Estado adoptó una constitución que establecía el sufragio universal masculino y un sistema político federal, formado por estados con amplias competencias.
Los nacionalismos independentistas
Los movimientos nacionalistas independentistas se extendieron por los países sometidos a un poder extranjero y se aliaron con el liberalismo.
Como resultado de los mismos, se produjo la independencia de la mayoría de las colonias españolas de América Latina (1825); la de Grecia, del imperio turco (1829); y la de Bélgica, del reino de los Países Bajos (1839). En cambio, Irlanda, anexionada a Inglaterra en el siglo XVII, no logró sus objetivos.