sábado, 20 de enero de 2018

10 ANDALUCÍA ENTRE 1875 Y 1939

Dos errores en la transcripción
Faltan los mapas y las imágenes
Nota: 7


10.1 La restauración y el reinado de Alfonso XIII
      Andalucía desempeñó un papel esencial en el sistema político canovista, debido especialmente a la importancia que en ella tuvieron el caciquismo y el movimiento obrero.
    - El caciquismo fue una práctica habitual en la región, donde estuvo muy extendida la compra de votos para asegurar los resultados electorales. Una vez que la administración decidía qué candidatos habían de salir en cada distrito, estos recorrían su circunscripción junto a los caciques haciendo regalos. Cuando era necesario, se acudía al pucherazo y al voto de "lázaros" o resucitados.
    - El movimiento obrero, como en el resto de España, estuvo escindido en dos tendencias: la socialista y la anarquista.
      El socialismo solo alcanzó cierta implantación en los centros mineros, como Linares-La Carolina y Riotinto; y entre los obreros de las ciudades. A partir de 1918 comenzó su penetración entre el campesinado. El anarquismo arraigó sobre todo entre los campesinos de Cádiz y de Málaga.Era partidario de la acción directa, llevada a cabo con métodos violentos, como demuestra la actuación de la Mano Negra, una organización secreta que actuó en la comarca de Jerez.

10.2 La Segunda República y la Guerra Civil
    - Con la República, dio sus primeros pasos en Andalucía la reforma agraria, que atravesó por momentos de avance y retroceso: los repartos se iniciaron en 1932, se detuvieron en el Bienio Conservador, y se aceleraron durante los meses de gobierno del Frente Popular.
      La conflictividad social del período se reflejó en los sangrientos sucesos de Casa Viejas, de 1933. Protagonizados por población jornalera, los anarquistas fueron reprimidos por el gobierno de Azaña, que quedó como represor.
    - Durante la Guerra Civil, Andalucía era clave en los planes de los sublevados. La sublevación militar triunfó en capitales como Sevilla, Granada, Córdoba, Cádiz y Huelva; otras, como Jaén, Málaga y Almería, se mantuvieron fieles a la República. Durante la contienda, el territorio andaluz estuvo dividido en dos zonas: la nacional y la republicna. Los frentes fueron estables desde 1937.

10.3 La evolución económica
      El sector primario predominó durante todo este período; no obstante, la agricultura permaneció estancada debido a la pervivencia del latifundismo y al lento avance del regadío. La minería alcanzó cierta importancia en Sierra Morena, en torno a los núcleos de Linares y La Carolina; en la comarca onubense del Andévalo, y en la sierra norte de Sevilla. La industria se centró en el sector agroalimentario, ligado a la exportación de vino y aceite; y a la artesanía, para el consumo local. La expansión ferroviaria favoreció el comercio exterior, que se concentró en los puertos de Málaga y Cádiz.

10.4 El nacionalismo andaluz  
      El nacionalismo andaluz hunde sus raíces en el proyecto de constitución federal para Andalucía, aprobado en 1883 en una asamblea en Antequera del ala andaluza del Partido Demócrata Republicano Federal, liderado a nivel nacional por Pi y Margall.
      En 1913, durante el reinado de Alfonso XIII, nació Bética, la primera revista regionalista, y en 1915, Blas Infante publicó Ideal Andaluz. Tres años después, en 1918, se celebró la primera asamblea andalucista, la llamada Asamblea de Ronda, donde se adoptaron el escudo, la bandera y el himno de Andalucía. El proyecto regionalista, sin embargo, únicamente arraigó en una minoría de intelectuales y de burgueses.
      Durante la República, resurgió el nacionalismo y, en 1933, se redactó el anteproyecto de estatuto de autonomía para Andalucía, impulsado por Blas Infante. Sin embargo, no pudo ser aprobado por la Cortes debido al golpe militar.


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