Dos faltas de ortografía
Nota: 8
El apoyo a los más desfavorecidos
Nota: 8
El apoyo a los más desfavorecidos
Por su pasado
colonial, una gran mayoría de la población latinoamericana es de tradición
católica, aunque en el siglo XX otras confesiones cristianas han visto aumentar
el número de sus fieles, especialmente el protestantismo.
La jerarquía
católica estuvo casi siempre alineada con los intereses de las clases
dominantes. Sin embargo, el clero bajo y algunos prelados, que conocían muy de
cerca las miserias de una gran parte de la población, participaron en importantes
movimientos revolucionarios, especialmente en la década de los sesenta y
setenta, y contribuyeron a la denuncia de las injusticias sociales.
Monseñor Óscar
Arnulfo Romero, arzobispo de El Salvador, fue asesinado en 1980 por su apoyo a
los campesinos. Este prelado se ha convertido en un referente histórico de la
denominada teología de la liberación.
1.3 La América campesina
En el campo se
mantiene la estructura de la gran
propiedad, a pesar de los diferentes intentos de reforma agraria. La
mayoría de la población se dedica a cultivar la tierra sin modernos procesos de
producción. Una minoría, los grandes propietarios, han modernizado sus
explotaciones enfocadas al comercio internacional.
·
La
sociedad rural
La sociedad está formada por terratenientes (un 1,5% de la
población), que son los dueños de la mitad de la tierra cultivable; pequeños propietarios, que cultivan
explotaciones poco rentables, y los jornaleros.
En las grandes propiedades, las relaciones sociales siguen teniendo un carácter
de explotación, donde la autoridad del patrón es indiscutible. El sistema de
monocultivo extensivo es el más frecuente.
Los campesinos
más pobres son en su mayoría indios, especialmente en la América andina y
en Centroamérica. Muchos de ellos solo hablan sus propias lenguas y un
porcentaje elevado son analfabetos. Se les excluye de la vida política del país
y son objeto de violencia y opresión por parte de los militares, los
guerrilleros o los narcotraficantes. Su situación de opresión ha provocado,
durante el siglo XX, frecuentes rebeliones, siendo una de las más
significativas la revuelta del Ejército
Zapatista de Liberación Nacional, en 1994.
1.4 La desigualdad social
En casi todos los
países latinoamericanos, los grupos sociales están formados por un reducido
sector perteneciente a la gran burguesía,
una débil y minoritaria clase media,
y un sector urbano de trabajadores de
las industrias y empleados, las grandes
masas de campesinos, y los más desheredados, los pobres de solemnidad, que viven en el entorno de las grandes
ciudades.
El desigual reparto de la riqueza plantea
problemas sociales y es el fermento de
movimientos revolucionarios, que han estado presentes durante todo el siglo
XX, en especial en las décadas de 1930 y 1960. No obstante, hay grandes
diferencias entre el carácter de los movimientos reivindicativos o
revolucionarios de los distintos países.
Los problemas de
México, Brasil, Chile o Argentina no se corresponden con los de Bolivia, Haití,
Guatemala o Nicaragua. Mientras que los primeros tienen un cierto grado de
industrialización, lo que provoca mayor riqueza y la existencia de las clases
medias, los segundos se encuentran en las costas más bajas del desarrollo
económico.
En los últimos
quince años se han producido grandes cambios en algunos países, como Colombia,
Ecuador, Perú, etc., que han iniciado una vía de progreso social y desarrollo
económico.
2. La realidad
económica
La gran mayoría de
los países de América Latina cuentan con riquezas naturales extraordinarias:
yacimientos minerales de un gran valor, petróleo y gas natural. La agricultura
tiene grandes posibilidades por sus condiciones naturales, y la plataforma
continental de Perú y Chile es una de las grandes reservas pesqueras del
mundo.
La economía ha
sido y sigue siendo fundamentalmente exportadora de materias primas y de productos
agrícolas. Pero el desarrollo económico ha dependido históricamente de los
intereses de Reino Unido, hasta 1929, y de Estados Unidos durante la mayor
parte del siglo XX.
2.1 La
dependencia económica
La economía de una
gran parte de estos países ha dirigido históricamente sus esfuerzos a explotar sus
recursos naturales. Así, Bolivia se especializó en la extracción del estaño;
Chile, en el cobre y nitratos; México y Venezuela, en el petróleo. Esta tendencia
se extendió también a la agricultura, especialmente con el cultivo de grandes
explotaciones de caña de azúcar, caco, café o frutas. Grandes compañías extranjeras,
en las que participan algunas familias pertenecientes a las oligarquías de las
respectivas naciones, explotaban estos productos. Estas compañías ejercieron una
gran influencia en la vida política interna de los países donde estaban
asentados.
Un gran número de productos estaban (y siguen estando) destinados a los mercados internacionales
y se transformaban en los países industrializados: Chile y Bolivia exportaban cobre
y estaño, que en ocasiones importaban de nuevo debidamente transformados y
manufacturados.
Otra característica
es la especialización en la extracción o
el cultivo de uno o varios productos.
Como los precios dependían de los mercados internacionales y, en ocasiones, de
decisiones políticas tomadas en Londres o en Washington, cuando desde el
exterior se decidía bajar los precios de las materias primas, los países
latinoamericanos no entraban en bancarrota.
Esta situación ha provocado
que los países latinoamericanos no hayan sido dueños, en la práctica, de sus
propias riquezas naturales, por la inexistencia de una industria de
transformación y por la especialización en productos dominados por la especulación
de los mercados internacionales.
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