2. El imperialismo japonés

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Nota: 9

      La emergencia de Japón como la gran potencia imperialista del Extremo Oriente se basó en una práctica militarista y en una política expansionista en Asia. Ante los efectos de la crisis económica de la década de 1930, Japón se planteó disponer de un "espacio vital" propio que le permitiese el dominio de Asia Oriental, con el fin de extraer materias primas y exportar sus productos

       Con este objetivo, desarrolló una poderosa industria armamentística y dio entrada en el poder político al ejército. En 1931, Japón decidió anexionarse a la región china de Manchuria. El ejército japonés actuó por su cuenta, al margen del poder político. En 1932, jóvenes ultranacionalistas asesinaron al primer ministro Tsuyoshi, cuya muerte marcó el fin del gobierno de partidos en Japón.

       Asimismo, se acercó a la Alemania nazi y reforzó su alianza con el Pacto antikomintern (1936), al considerar a la URSS como el principal enemigo en la zona. Después de retirarse de la Sociedad de Naciones en 1934, el ejército japonés inició, en 1937, la invasión de China. Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, los japoneses invadieron la Indochina Francesa y firmaron, en Berlín, el Pacto Tripartito o Pacto del Eje.

       En verano de 1941, Estados Unidos, Gran Bretaña y Holanda comenzaron un embargo de petróleo contra Japón, temerosos de su potencia militar. En diciembre, el ataque japonés a la base estadounidense de Pearl Harbor (Hawaii) significó la entrada de Japón en la guerra mundial y, a su vez, la de Estados Unidos.

El expansionismo imperialista japonés

       Tras la guerra chino-japonesa (1894-1895) y la guerra contra el Imperio Ruso (1904-1905), Japón adquirió diversos territorios en Corea y Taiwán.

       Más adelante invadió Manchuria y China.

La anexión de Manchuria

       La invasión y anexión de la región china de Manchuria fue realizada con extrema violencia: se practicaron matanzas y desplazamientos forzados de la población civil.

       En febrero de 1932, y con el nombre de Manchukúo, el territorio fue formalmente incorporado al Imperio Japonés.

La invasión del resto de China

       En 1937, el ejército japonés ocupó Pekín y Shanghái. Las tropas japonesas llegaron a utilizar gases tóxicos contra el ejército y la población civil, y tras la ocupación de Nanking cometieron un genocidio, asesinando a unas 300 000 personas.

       Las violaciones y todo tipo de atrocidades se prolongaron durante más de seis semanas.

NACIONALISMO, MILITARISMO Y RACISMO

       Al igual que en la Alemania nazi, en el régimen militarista del Japón imperial se difundió la creencia de que los japoneses pertenecían a una raza superior, destinada por derecho divino a sojuzgar a los demás asiáticos, a quienes consideraban etnias inferiores.

       Ello fue el origen de innumerables actos de crueldad y atrocidades, como los experimentos biológicos y bacteriológicos con prisioneros chinos o la utilización de 200 000 mujeres y niñas, en su mayoría coreanas, pero también chinas y filipinas, como prostitutas de las tropas japonesas. Aproximadamente un millón de coreanos fueron trasladados a Japón para trabajar en condiciones de esclavitud en minas, fábricas de acero y de armamento y grandes proyectos de construcción.

Ataque japonés a la base naval estadounidense de Pearl Harbor (Hawáii), 7 de diciembre de 1941.

Mujeres en una fábrica de armamento japonesa, 1940. Todos los recursos de nación se pusieron al servicio de la guerra, con la colaboración de las principales empresas japonesas.