El nacionalismo es la doctrina política que defiende el
derecho de los pueblos a formar naciones independientes y a crear su propio
Estado.
En gran medida tuvo su origen en la lucha que muchos países
y regiones europeas mantuvieron contra Napoleón para evitar estar bajo su
dominio. Los principios que reivindicaron los movimientos nacionalistas fueron
los siguientes:
·
La nación ha de estar formada por un conjunto de
personas unidas por lazos comunes como la cultura, la historia y la lengua;
además, debe tener unos límites territoriales bien definidos.
·
La soberanía nacional, porque hace posible que
todos los ciudadanos se sientan parte integrante de la nación.
·
Cada nación debe elegir la forma de gobierno que
desee.
La revolución democrática de 1848 en Milán, de Baldassare Verazzi.
En el siglo XIX hubo en Europa dos tipos de movimientos nacionalistas. Los nacionalismos unificadores pretendían que varios territorios separados, pero con muchos aspectos en común (lengua, historia...), se unieran para tener su propio Estado. Por ejemplo, los estados italianos de la península itálica. Por otra parte, los nacionalismos separatistas pretendían independizarse de los estados plurinacionales en los que estaban integrados y crear su propio Estado. Por ejemplo, las nacionalidades cristianas (griegos, serbios, búlgaros...) que formaban parte del Imperio otomano (turco).
En el siglo XIX hubo en Europa dos tipos de movimientos nacionalistas. Los nacionalismos unificadores pretendían que varios territorios separados, pero con muchos aspectos en común (lengua, historia...), se unieran para tener su propio Estado. Por ejemplo, los estados italianos de la península itálica. Por otra parte, los nacionalismos separatistas pretendían independizarse de los estados plurinacionales en los que estaban integrados y crear su propio Estado. Por ejemplo, las nacionalidades cristianas (griegos, serbios, búlgaros...) que formaban parte del Imperio otomano (turco).
2.3. La democracia
En el siglo XIX la democracia era la doctrina que defendía
la participación política de toda la población, a fin de acabar con las
desigualdades sociales y económicas ocasionadas por el liberalismo burgués.
Tuvo su origen en el rechazo de la pequeña burguesía, los
obreros y los campesinos hacia el sufragio restringido impuesto por la
burguesía puesto que, al no disponer de elevadas rentas, quedaban excluidos del
derecho al voto. Los principios que sostenían los demócratas en el siglo XIX
fueron los siguientes:
·
Sufragio universal masculino. El derecho al voto
debía extenderse a toda Ia población masculina; de esta manera, el pueblo
podría votar y elegir al partido político que defendiera mejor sus derechos
frente a los burgueses.
·
Se inclinaron por la república como forma de
gobierno, porque consideraban que la monarquía, al ser de tipo hereditario, era
incompatible con la democracia.
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