domingo, 22 de abril de 2018

4.3. LA OBRA DEL NAZISMO EN EL PODER (1933-1945)

Tres faltas de ortografía
Nota: 7

     A raíz de una crisis de gobierno, en enero de 1933, Hitler paso a ser canciller de la República alemana de manera legal. Tras el incidente que supuso el incendio del Reichstag, se hizo con todo el poder del Parlamento de la nación.Con la excusa de emergencia nacional, solicitó del Reichstag poderes dictatoriales. Era el principio del Estado nazi.





    El 24 de marzo de 1933, la ley de plenos poderes confirió al gobierno la potestad de modificar la Constitución; así, el presidente de la República, Hindenburg, pasó a detentar un mero papel decorativo. Al año siguiente, Hitler se proclamó presidente del Reich, autonombramiento refrendado con un 80% de los votos. De este modo, Alemania se convirtió en un Estado totalitario puro. Todos los estados como Prusia o Baviera fueron abolidos, por lo que dejó de ser federal. Asimismo, los partidos políticos fueron disueltos, excepto el Partido Nacional Socialista, aunque también este fue violentamente purgado en el proceso denominado la <<noche de los cuchillos largos>>, entre el 30 de junio y el 2 de julio de 1934. Durante esos días, el régimen nazi perpetró una serie de asesinatos políticos. Así, muchos de los componentes de las S.A.  -Sección de Asalto-y de otros grupos paramilitares, que se oponía a la S.S., fueron acusados de conspirar contra Hitler y, por ello, ejecutados.





    La Gestapo o policía secreta, los Tribunales del pueblo y los campos de concentración fueron los instrumentos utilizados para eliminar toda idea contraria a las del Führer.








Documento 20. Discursos multitudinarios de Hitler. Símbolos y emblemas. El poder de las masas






    La propaganda nazi atrajo el apoyo necesario para alzar y mantener su maquinaria política y generar una nueva actitud en el pueblo alemán. Sus discursos -fue un gran orador- y simbología ayudaron a controlar y alentar las masas para convencerlas de su actitud y política fascista, racista y bélica.




    La cruz gamada, asociada fundamentalmente al nazismo alemán, también fue utilizada en otras culturas como la romana o la hindú.


















4.4 El programa económico nazi 




    En este ámbito, los sindicatos de tipo occidental fueron sustituidos por el Frente Nacional del Trabajo. Con este, el empresario gozaba en la fábrica de un vasto control de gestión supervisado desde el gobierno. Hitler controlaba, así, la industria aunque dejaba la propiedad en manos privadas.




    Después de la Gran Depresión de 1929, la Alemania nazi se fijó como meta la autarquía y la autosuficiencia. Para ello, en política interior hubo de enfrentarse a dos grandes problemas: el paro y la inflación. Para paliar el paro se emprendió un vasto programa de obras públicas. De este modo, se promovieron proyectos de repoblación forestal, de saneamiento de zonas pantanosas y se construyeron viviendas y autopistas. Junto a esto, un extenso programa de rearme absorbió a millones de parados, creándose además un ejército de más de 13 millones de soldados.






    La inflación fue evitada con una política monetaria proteccionista, basada en la emisión de papel moneda garantizado por el Banco de Alemania.





     En lo relativo a política exterior, había que prescindir del comercio extranjero, para lo cual no faltó imaginación a la hora de conseguir el relanzamiento de la producción. A partir de la elaboración de productos de sustitución sintéticos desarrollaron caucho artificial, plásticos, tejidos sintéticos y otros productos que permitían al país prescindir de las materias primas importadas de ultramar. Mezclando las amenazas políticas con los negocios, intercambiaban trigo polaco, madera húngara o petróleo rumano, entregando en compensación artículos de los que les convenía desprenderse.





    Al mismo tiempo, tejieron una red de acuerdos bilaterales que asegurarían a todos los pueblos vecinos una salida para sus productos. Lo que no sé consiguiera por esta vía se conseguiría mediante la conquista y la guerra.








Documento 21. Anexiones de Hitler, 1935-1939



     El nuevo orden que Hitler pretendía implantar en Europa era un Gran Reich alemán, un Imperio Germano que englobara a todos los habitantes de habla alemana sin reparar en arrasar a cualquier pueblo considerado racialmente inferior o más débil, cómo fue el caso de los esclavos o judíos. Este expansionismo, por lo que consideraban su espacio vital -Lebensraum-, los llevará a ocupar Polonia, Ucrania y, sobre todo, atacar a su enemigo más inminente: el bolchevismo.





Documento 22. El espacio vital





    El Estado racista habrá cumplido su papel supremo de fundador educador cuando haya grabado en el corazón de la juventud, que le ha sido confiada, el espíritu y el sentimiento de la raza. Es preciso que ni un solo muchacho o muchacha pueda dejar la escuela sin estar plenamente instruido en la pureza de la sangre y de la necesidad absoluta de mantenerla pura.




    El Reich alemán, como Estado, tiene que abarcar a todos los alemanes e imponerse la misión, no solo de cohesionar y de mantener las reservas más preciadas de los elementos raciales originarios de este pueblo, sino también la de conducirlos, lenta y firmemente, a una posición predominante.




  
    La política exterior del Estado racista tiene que asegurar a la raza que abarca ese Estado los medios de subsistencia sobre este planeta, estableciendo una relación natural, vital y sana, entre la densidad y el aumento de la población, por un lado, y la extensión y la calidad del suelo en que habita, por otro. Solo un territorio suficientemente amplio puede garantizar a un pueblo la libertad de su vida.



Vocabulario


III Reich: Hitler consideraba en la historia de Alemania tres imperios:
el I Reich había sido el Sacro Imperio Romano; el II Reich, el imperio fundado por Bismarck, y el III Reich, el imperio nazi, al que auguraba mil años de fructífera vida.

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