domingo, 26 de noviembre de 2017

1 FACTORES IMPULSORES DE LA INDUSTRIALIZACIÓN

Falta la sangría
Nota: 9

1 Factores Impulsores De La Industrialización

 1.1 La revolución agrícola
 Una serie de transformaciones en la agricultura, que se conocen como “revolución agrícola”, hicieron     posible un notable incremento de la producción de alimentos y de la productividad agrícola en Gran Bretaña. En 1650, la producción de un campesino permitía alimentar a 1´5personas;en 1800 había  aumentado a 2´5 personas.
     Las tres innovaciones agrarias más importantes fueron:
    ·La difusión de una nueva rotación de cultivos (sistema Norfolk), que combinaba la siembra de cereales,      que empobrecen la tierra, con la de plantas forrajeras (nabos, tréboles, alfalfa…), que la enriquecen              porque ayudan a fijar el nitrógeno en el suelo. Esta rotación cuadrienal permitió suprimir el barbecho y         ampliar la superficie cultivada. A su vez, el crecimiento de la producción de forraje incrementó la cabaña        ganadera, cuyo estiércol contribuyó también a  mejorar la fertilidad de la tierra.
    ·La introducción de nuevas herramientas ( sembradora de Jethro Tull, arado Rotherham, trilladoras           mecánicas….), de nuevos cultivos (patata, maíz….) y fertilizantes (guano) permitió aumentar y                  diversificar la producción de alimentos.
    ·Los cambios en la estructura de la propiedad agrícola mediante el cercado y la privatización de los            campos abiertos (openfields) y de las tierras comunales.

    1.2 La revolución demográfica
   El aumento de la oferta de alimentos desde mediados del siglo XVIII hizo posible un elevado y continuado    crecimiento de la población. Gran Bretaña vivió una gran explosión demográfica y, entre 1800 y 1900,     el número de habitantes casi se triplicó. Este crecimiento fue debido al descenso de la mortalidad, sobre        todo de la mortalidad infantil, y a un ligero aumento de la natalidad.
   La reducción de la tasa de mortalidad fue el resultado de una mejor alimentación, así como de algunos         avances médicos e higiénicos, como la vacuna contra la viruela y la difusión del uso del jabón. La               desaparición de las grandes hambrunas comportó que la población, mejor alimentada, tuviera mayor resistencia antes las enfermedades y epidemias. Como consecuencia, la esperanza de vida creció notablemente y a finales del siglo XIX se situaba, en la mayoría de países industrializados, alrededor de los cincuenta años.
La natalidad se elevó debido a la disminución de la edad de matrimonio y del número de célibes por la mejora de la situación económica. En la segunda mitad del siglo XIX, la natalidad inició su declive por el descenso de la mortalidad infantil, y el deseo de las familias, principalmente las urbanas, de controlas el número de nacimientos.
El incremento de la población supuso un gran estímulo al proceso de la industrialización porque proporcionó  mano de obra abundante a la nueva industria e hizo aumentar el número de consumidores.

1.3 Las nuevas fuentes de energía
La introducción de nuevas fuentes de energía favoreció el paso de la manufactura a la industria y, por tanto, la mecanización de los sistemas de producción. Las primeras máquinas industriales funcionaron gracias a una rueda que aprovechaba el agua de los ríos como fuerza motriz (energía hidráulica).
Sin embargo, la gran revolución fue la máquina de vapor, patentada por James Watt en 1769 y accionada mediante la combustión de carbón. Este ingenio permitió poner en marcha todo tipo de máquinas industriales y agrícolas y también se aplicó a los medios de transporte.

1.4 La revolución de los transportes
A mediados del siglo XVIII, en  Gran Bretaña, para poder trasladar materias primas y mercancías se mejoraron los caminos y se construyeron multitud de canales para posibilitar la navegación fluvial.
Pero la verdadera revolución en el transporte fue el ferrocarril, que aportó mayor rapidez y capacidad de carga, menor coste por unidad transportada y más seguridad para pasajeros y mercancías. El nuevo medio de transporte fue posible gracias a la invención de la locomotora (Stephenson, 1829), una máquina de vapor capaz de trasladarse sobre raíles.
Un ingeniero estadounidense, Robert Fulton, aplicó la máquina de vapor a la navegación, y los barcos de vapor permitiendo acortar la duración de los viajes transoceánicos. El ferrocarril y el barco de vapor facilitaron los intercambios entre los centros de producción y de consumo, en los propios países y hacia el exterior, así como una mayor movilidad de la población.
El resultado de estas innovaciones fue la creación gradual de una densa red ferroviaria en Gran Bretaña y en el resto de Europa.

1.5 El impulso del mercado
Las mejoras en  las infraestructuras y en el transporte hicieron posible la consolidación de una economía de mercado, en la que no se producía para el autoconsumo, sino para la venta.
El impulso inicial de la expansión comercial británica provino del mercado exterior: los industriales y comerciantes orientaron su producción hacia el mercado ultramarino. Pero la mayor transformación fuel el desarrollo de un mercado interior que permitió la generalización de los intercambios.

Su consolidación fue un proceso más lento, que se nutrió del crecimiento de la población, al procurar más consumidores, del progresivo aumento de su capacidad adquisitiva, de la especialización de la producción de los transportes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario