Jueves, 16 de noviembre de 2017
VISITA A LA CASA DE LA CULTURA PARA VER LA EXPOSICIÓN "MIL AÑOS DE EJÉRCITO ROMANO"
La exposición ilustrativa “Mil años de ejército romano” permanece abierta en la Casa de la Cultura “Alcalde Manuel Baena Jiménez” a lo largo de todo el mes de noviembre. Se trata de una muestra organizada por el Ayuntamiento de Puente Genil a través del yacimiento arqueológico de Fuente Álamo, con la colaboración de “Desperta Ferro Ediciones” a través de materiales del Grupo de Recreación Histórica y Arqueología Experimental “Legio 1 Vernácula” del Ayuntamiento de Gilena.
Se trata de una muestra compuesta por 11 paneles que ilustran diversos momentos del poderoso transcurso del ejército romano a lo largo de casi un siglo de historia, así como distintos elementos de la época: espadas, recreaciones de cascos originales, armadura común de los soldados romanos, o una tienda de campaña que completa toda la información de la exposición.
El ejército es el instrumento del que Roma se valió para conquistar primero y mantener después un imperio que abarcaba toda la cuenca del Mediterráneo. No siempre estuvo al mismo nivel ni dominó en todo momento la técnica guerrera, prueba de ello es las diferentes derrotas que sufrió a lo largo de su historia. Sin embargo, tuvo la gran virtud de no considerar nunca la derrota en una batalla como la derrota total de la guerra y, además, supo aprovechar la experiencia para mejorar las técnicas y conseguir ser el poderoso ejército que mantendría unido durante varios siglos el Imperio.
De todo esto se desprende que es difícil hablar de manera uniforme del ejército romano. Se podría hablar de tres ejércitos: el de la Monarquía, el de la República y el del Imperio.
El ejército romano se caracterizaba por su avance tecnológico con respecto a sus armaduras y armas, y por su notable distribución y organización en los distintos niveles del ejército. El éxito en las guerras de la antigüedad dependía, fundamentalmente, del orden presentado en el campo de batalla. Roma conoció varias disposiciones, que empleó en distintos momentos, según con el enemigo al que se enfrentaba y los territorios en los que debía librarse el combate.
Independientemente de las distintas etapas vividas en Roma, factores como los relacionados con la vestimenta del ejército, se mantienen prácticamente inalterables. Se ha de destacar que con el paso del tiempo, observamos un progresivo empeoramiento del ejército romano.
Cada soldado debía pagarse el equipo, este dependía de a cuál de las cinco clases establecidas por Servio Tulio pertenecía el hombre. La mejor armada era la primera clase:
- Escudo: circular, llamado scutum. El escudo podía ser de bronce o de madera recubierta de cuero, y su forma redonda, oblonga, semicircular o cilíndrica.
Un scutum, escudo romano.
Reconstrucción de un soldado
romano de caballería con un cetratus
Escudo parma romano
Los tres tipos de escudos romanos
según el rango del soldado y su caballería
- Muñequera: pieza de metal que contenía un cuchillo para atacar por sorpresa en un mano a mano sin espada, llamado munnecum.
Muñequeras munnecum
- Cuerpo: corseles de cuero, pectorales de bronce o grebas. Para la época de la monarquía etrusca y los primeros tiempos de la república, la armadura sería de tipo helénica. Linotorax de laminas de lino superpuestas, ofrecía buena protección a la par que ligereza y flexibilidad. Y lorica musculata de bronce y más raramente hierro.
Corsé de cuero helénico
Pectorales de hierro
Cota de malla
Grebas
Lorica musculata de bronce
Pectoral de cuero
Linotorax de cuero
- Yelmo: varios modelos en este período: cónicos, etruscos, etrusco-corintios, calcidicos y áticos. Todos de bronce y de origen heleno.El casco protegía la nariz, mejillas y cuello. El de los oficiales llevaba un penacho, cimera o apex.
Casco calcídico similar
al ático
Casco italo-corintio
Casco coolus
Casco montefortino
Casco etrusco
- Armas: lanza de acometida, espada griega xiphos o kopis, contaban con un pilum pesado, un pilum ligero, el gladius y un puñal de doble filo.
Pilum
Gladius
- Sandalias: reforzadas por una suela de piel gruesa de unos dos centímetros. También llamadas caligae, de ahí el nombre del emperador Calígula. El calzado consistía en unas sandalias fuertes, con tachuelas en la suela, de gran resistencia en las largas marchas.
Caligae romanas
Euipamiento romano
El águila dorada era el símbolo del Imperio, y coronaba los estandartes de cada legión.
Con el paso del tiempo el sistema militar iba sufriendo pequeños ajustes.
El adiestramiento se iniciaba con un entrenamiento físico realizado con el equipo puesto (unos treinta kilos) e incluía marchas y carreras de obstáculos. Posteriormente la instrucción militar incluía la práctica de movimientos aplicables en las guerras y el manejo de armas.
LEGIÓN EN LA MONARQUÍA
En los primeros tiempos no había distinción entre ejército y legión, Roma disponía de una sola legión de hasta tres mil infantes y trescientos caballeros. Sin embargo las guerras en aquella época eran escaramuzas limitadas que acababan con el invierno, y es dudoso que alguna vez se llegara a reunir el ejército al completo. Ni siquiera era un cuerpo permanente, se reclutaba y licenciaba según las necesidades.
Los trescientos caballeros formaban la caballería del ejército de la Antigua Roma. Estaban bajo el mando de tres tribunos de la caballería y el jefe supremo de la caballería era el magister equitum.
La aristocracia al principio y las clases ricas posteriormente ocupaban la primera línea como muestra de su liderazgo del pueblo, y también porque podía pagarse el mejor equipamiento, con lo que sus unidades eran muy eficaces y bien armadas. Muy pocos miembros de las clases más bajas podían costeárselo con su paga de soldado.
Con el crecimiento de la población de Roma y las mayores necesidades militares el número de legiones aumentó primero a dos y posteriormente a cuatro.
LEGIÓN EN LA REPÚBLICA
A comienzos de la etapa republicana la legión se organizó con una estructura mucho más formal y estricta. Los equipamientos eran costeados por la propia república y el ejército se hizo profesional. Esto hizo que muchos menos ciudadanos entraran al ejército para mejorar su posición social. Como las guerras eran más frecuentes y habían dejado de ser simples escaramuzas, las batallas requerían más planificación.
A medida que las campañas aumentaban en duración se hacía evidente que la situación de una ciudadanía militarizada permanentemente no era sostenible. Esto supuso muchos problemas económicos hasta finales del siglo V a. C. y principios del siglo IV a. C., cuando Roma empezó a tener tamaño suficiente para que los soldados solo fuesen una proporción pequeña de la población.
La lealtad del ejército se reforzaba por el juramento (sacramento) de fidelidad y obediencia a los superiores y de no desertar de la batalla. Las faltas de disciplina se castigaban de acuerdo a su gravedad con la suspensión del sueldo, con azotes o hasta con la muerte.
Durante la segunda guerra púnica se reclutaron muchas más legiones para poder hacer frente a la gran amenaza de Aníbal. Hasta la intervención de Publio Cornelio Escipion Africanus, la república de Roma tenía doce legiones activas de forma permanente: Dos legiones en Hispania citerior, dos legiones en el norte de Italia, dos legiones destinadas al Mar Adriático (normalmente en Iliria), Las legiones V y VI (legiones malditas) en Sicilia, las legiones I y IV para un cónsul y las legiones II y III para el otro cónsul del año.
La crisis del ejército republicano
No todos los cónsules electos eran muy capaces desde el punto de vista militar. Por ejemplo, en el año 113 a. C. el cónsul Cneo Papirio Carbón fue derrotado en la batalla de Noreia por tropas invasoras de Cimbrios y Teutones, causando la muerte de casi la totalidad del ejército (sobrevivieron 20 000 hombres de un total de 200 000).
Este desastre fue seguido por una guerra en África contra el Rey Yugurta de Numidia.
El fondo de la crisis venía de que, al ir Roma expandiendo sus fronteras y tener que enfrentarse a guerras más largas y lejanas, además de a tener que ocupar territorios extranjeros durante años, se rompió definitivamente el ciclo de servicio militar. Pues los soldados ya no eran licenciados tras una campaña a tiempo para atender sus tierras. Y las deudas los hacían presa fácil de los grandes terratenientes, que dominaban el senado y aprovechaban la situación para hacerse con las tierras de los pequeños propietarios. Unido a las bajas de las guerras, este empobrecimiento fue destruyendo la clase media romana que formaba el núcleo del ejército y convirtiendo el servicio militar en cada vez más impopular.
LEGIÓN EN EL IMPERIO
En esta época el ejército estaba formado por treinta legiones de unos cinco mil trescientos hombres cada una. La legión ya era un cuerpo permanente, podía variar en número y composición pero siempre existía, cada una con sus símbolos, historia y glorias particulares. En ellas había gran variedad de especializaciones como soldados, zapadores, policía militar, cuerpo médico, etc.
ARACELI RUIZ MOLERO N°28 4°B
No hay comentarios:
Publicar un comentario