Falta la sangría al comienzo de cada párrafo
Nota: 9
4. El nacimiento de un imperio industrial
Nota: 9
4. El nacimiento de un imperio industrial
Los principios fueron modestos: 70 obreros únicamente
trabajaban en 1871 en las forjas y laminerías de Múlheim; más tarde se añadió
la fabricación de cañerías soldadas. Tras la muerte de su padre, August Thyssen
se asoció con su joven hermano (1878). En 1881 se amplió la forja con un taller
de galvanización de cinc; en 1882 se consiguió una nueva forja y una
chapistería. En 1884, Thyssen y Cía. adquirió una fundición y una fábrica de
máquinas parecidas a las de su empresa [...].
Han transcurrido cuarenta años y 1a fábrica de Múlheim se ha
convertido en algo gigantesco: 7.000 obreros y 800 empleados trabajan en ella,
y sus productos se extienden por todo el mundo
4.1 La Revolución Industrial en el continente europ
eo.
eo.
Bélgica fue el primer país que se industrializó tras el
Reino Unido, gracias a sus recursos naturales, su tradición artesanal, las
inversiones francesas en la minería del carbon y el apoyo gubernamental a la
construcción ferroviaria. Las industrias punteras fueron la textil y la
siderúrgica.
La industrialización en Francia tuvo lugar entre 1830 y 1850
aproximadamente. La existencia de pequeños propietarios agrícolas, el reducido
crecimiento de la población a causa del temprano descenso de la natalidad, y la
importancia del artesanado explican que la industria no llegase a alcanzar el
nivel británico.
Alemania vio dificultada su industrialización debido a que
no fue un Estado unificado hasta 1870, lo que entorpecía el comercio. En 1834
se creó el Zollverein, una unión aduanera de varios Estados alemanes que
permitió crear un gran mercado interior.
La industrialización alemana se caracterizó por la alianza
entre la nobleza agraria y la burguesía industrial, el interés del Estado en el
desarrollo industrial, una gran concentración empresarial y financiera y un
sistema educativo que favoreció las enseñanzas técnicas. Las principales
industrias fueron la siderurgia y la metalurgia.
En el resto de Europa solo destacaron Dinamarca y Suecia,
gracias a su especialización agrícola y, en el caso sueco, a la abundancia de
hierro de calidad.
4.2 La industrialización de los Estados Unidos.
Estados Unidos se convirtió en una gran potencia industrial
a finales del siglo XIX por varios factores:
-El desarrollo de una agricultura muy productiva por la
abundancia de tierras y la escasez de mano de obra, que llevaron a una rápida
mecanización.
-La abundancia de recursos naturales: hierro, carbón,
petróleo, etc., y la especialización productiva: un norte industrial que se
abastecía de la producción agraria del sur (algodón) y del oeste (alimentos).
-La creación de un gran mercado interior favorecido por la
rápida construcción de una red ferroviaria que recorría el país de costa a
costa.
-La rápida aplicación de las Innovaciones técnicas, los nuevos
sistemas de trabajo y la fuerte concentración
empresarial.
4.3 Los
sectores punteros: la industria textil.
La industria textil algodonera británica disponía de una
materia prima abundante y barata: el algodón que llegaba a Gran Bretaña desde
las colonias. Esta industria fue la primera que incorporó las innovaciones
técnicas en el hilado (hiladoras mecánicas de James Hargreaves, Richard
Arkwright y Samuel Crompton) y en el tejido (lanzadera volante de Jhon Kay y
telas mecánico de Edmund Cartwrigth).
Cuando comenzó a utilizarse el vapor para mover las máquinas,
la producción textil británica se multiplicó. En 1800, unas 350.000 personas
trabajaban en el hilado y en el tejido de algodón en fábricas. Los tejidos
británicos, asequibles y de buena calidad, inundaron los mercados
internacionales. Por otra parte, el desarrollo del sector textil impulsó otras
actividades, como la agricultura, que suministraba materias primas, y la
siderurgia que proporcionaba el hierro para fabricar las máquinas.
4.4 Sistemas de producción novedosos.
A finales del siglo XIX se aplicaron nuevos sistemas para
aumentar la producción. El ingeniero Frederick W Taylor creó el taylorismo. El
proceso de producción se dividía en pequeñas tareas, cuya duración se
cronometraba.
Cada obrero se especializaba en una tarea y recibía un
salario proporcional a la labor realizada.
El empresario Henry Ford empleó en sus fábricas de
automóviles el trabajo en cadena. Los productos pasaban de un operario a otro a
través de una cadena de montaje; así se evitaban los tiempos muertos entre unas
tareas y otras y aumentaba el número de productos que elaboraba cada operario.
(16) Además, aplicó la producción en serie, es decir, la fabricación de un
producto (automóviles en su caso) en grandes cantidades a partir de diversas
piezas iguales diseñadas industrialmente. De este modo abarató los precios.
La necesidad de realizar grandes inversiones y el deseo de
controlar los mercados hizo que se produjeran fusiones y acuerdos entre
empresas. A51 surgieron distintas formas de concentración empresarial:
-Cártel. Es una asociación de empresas dedicadas a la misma
rama de actividad, que llegan a acuerdos para controlar la producción y la
distribución, fijar los precios y compartir beneficios.
-Holding. Es un conjunto de empresas controladas por una de
ellas, que es la propietaria de la mayor parte de sus acciones.
-Trust. Es una agrupación voluntaria de diferentes empresas
para cubrir todas las fases de la producción de un artículo, con el fin de
dominar el mercado al eliminar la competencia.
4.5 El liberalismo económico.
De forma paralela al proceso de industrialización, se
difundió por el mundo occidental una nueva doctrina económica, el liberalismo.
Estaba basada en la teoría expuesta por el escocés Adam Smith (1723-1790) en su
obra Una investigación sobre la naturaleza y causa de la riqueza de las
naciones (1776).
Para este pensador la actividad económica debía regirse por
el principio de libertad económica para crear empresas, contratar trabajadores,
y establecer las condiciones y los precios de los productos. Los gremios del
Antiguo Régimen eran, por tanto, un obstáculo para el crecimiento económico.
El Estado tampoco debía intervenir en la economía, porque
está se ajustaba de forma natural mediante la actuación de la llamada mano
invisible del mercado. Esto significaba que la ley de la oferta y de la demanda
se encargaba de regular los precios de los productos y los salarios de los
trabajadores. Así, si había mucha oferta de productos o de mano de obra y poca
demanda, el precio y los salarios disminuirían; si, por el contrario, la oferta
era escasa y la demanda elevada, los precios y los salarios aumentarían.
Adam Smith era partidario de la división del trabajo, es
decir, de que cada obrero de especializara en una fase del proceso productivo,
pues de ese modo aumentarían la producción y la productividad.
4.6 Del taller a la fábrica.
Hasta el siglo XVIII las manufacturas se elaboraban en
pequeños talleres, donde el trabajo se realizaba de forma manual y con
herramientas sencillas. Cada artesano elaboraba objetos completos y controlaba
su propio ritmo de trabajo.
En la segunda mitad del siglo XVIII se inventaron en Gran
Bretaña diversas máquinas que necesitaban grandes espacios y costosas
inversiones. Así, los talleres empezaron a ser sustituidos por las fábricas que
eran grandes instalaciones en las que los obreros trabajaban con máquinas. Las
primeras máquinas funcionaban con energía hidráulica, pero pronto apareció una
nueva fuente de energía, el vapor, cuando James Watt patentó la máquina de
vapor.
La aparición de las fábricas supuso que las actividades
industriales se concentran en determinados lugares. Además, se modificó la
forma de trabajar: cada obrero se especializó en una única tarea del proceso
productivo (división del trabajo), tenía un horario fijo y debía trabajar al
ritmo que imponía la máquina.
La división del trabajo aumentó la productividad, es decir,
cada obrero era capaz de elaborar más piezas que un artesano en un mismo
periodo de tiempo. Por eso, se abarataron los costes de fabricación y los
precios de los productos disminuyeron.
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