Falta la sangría
Nota: 9
7.1 El control cultural
La cultura sufrió en la posguerra el exilio de numerosos escritores, científicos y artistas, el aislamiento de Europa y una rigurosa censura. Desde el 1955 se reanudó el contacto con Europa a través de los viajes y libros.
El régimen franquista fomentó una cultura de masas basada en la literatura de quiosco, la revista y el cine folclórico, cómico y religioso.
No obstante, hubo personalidades destacadas en la poesía (Dámaso Alonso y Blas de Otero), el teatro (Jacinto Benavente y Buero Vallejo), la novela (Camilo José Cela, Miguel Delibes, Rafael Sánchez Ferlosio, Juan Goytisolo y Carmen Martín Gaite) y la ciencia (el biólogo Severo Ochoa, que trabajó fuera de España).
7.2 La evolución arquitectónica
En la posguerra, los edificios oficiales tomaron como modelo el estilo de la época imperial de los Austrias, como se aprecia, por ejemplo, en el Ministerio del Aire de Madrid, construido en 1940 e inspirado en El Escorial. También se mezclaron los estilos del pasad, como ocurre en la Universidad Laboral de Gijón (1946-1956).
La obra más emblemática del período fue la abadía del Valle de los Caídos, presentada como un homenaje a todos los caídos en la guerra. En realidad, se concibió como exaltación de los caídos del bando nacional y como mausoleo para Franco.
Desde la década de 1960, los edificios urbanos adoptaron el estilo internacional, de formas geométricas. La obra más novedosa de este período es la iglesia del poblado de Villalba de Calatrava (Ciudad Real), obra del arquitecto Fernández del Amo.
7.3 La escultura y la pintura
En la posguerra, la escultura y la pintura sufrieron el intervencionismo del Estado, que acusó a las vanguardias anteriores a la Guerra Civil de empañar la tradición artística. Por eso, el régimen fomentó un arte tradicional, marcado por el realismo y los temas y las técnicas clásicos.
Desde la década de 1960, se difundieron las obras de artistas contemporáneos, como Picasso y Miró, y la influencia de las vanguardias europeas.
En escultura, se realizaron numerosos monumentos a los caídos del bando franquista y estatuas ecuestres de Franco; todos ellos se ubicaron en lugares destacados de ciudades y pueblos. Dentro de la corriente moderna, la figura más importante fue Ángel Ferrant, autor de esculturas cinéticas y surrealistas.
En la pintura de posguerra predominaron el paisajismo, representado por las obras de Benjamín Palencia y de Ortega Muñoz; y la pintura de labriegos, donde destacó Rafael Zabaleta.
Posteriormente, se desarrollaron algunas corrientes vanguardistas. Entre ellas el surrealismo, tras el regreso a España de Miró y Dalí; el expresionismo abstracto, de Esteban Vicente; la pintura matérica, cuyo principal exponente fue Antoni Tàpies; la neofiguración, representada por Antonio Saura; la pintura abstracta y de acción del grupo El Paso, del que formó parte Rafael Canogar; y el Op Art, cuyo pintor más significativo fue Eusebio Sempere.
No hay comentarios:
Publicar un comentario