jueves, 9 de noviembre de 2017

5. Cambios y movimientos sociales

Nota: 9
Falta la sangría al comienzo de los párrafos

5. Cambios y movimientos sociales



La industrialización y la Revolución francesa promovieron importantes cambios sociales y culturales en Europa y en Estados Unidos.
La población aumentó vertiginosamente y emigró del campo a las ciudades en busca de mayores oportunidades sociales y laborales. Los estamentos desaparecieron y se transformaron en clases sociales diferenciadas por su poder económico. Los contrastes sociales, unidos al impacto producido por la industrialización, provocaron el nacimiento del movimiento obrero y de ideologías como el socialismo y el anarquismo; ambos tenían una gran carga de crítica social y su objetivo era liberar y otorgar  el poder a los oprimidos. Culturalmente, el siglo XIX vivió un impulso científico espectacular tanto en las ciencias naturales como en las sociales. También constituyó una revolución literaria y artística sin precedentes: los escritores y artistas dieron testimonio de la nueva sociedad y se adaptaron a las innovaciones científicas y al naciente mercado de masas.


1. La población.  El fenómeno urbano.

Durante el siglo XIX, la población mundial creció un 50% hasta alcanzar en 1900 los 1500 millones de habitantes. El aumento de población fue notable en Europa y en Estados Unidos:

  • El continente europeo duplicó su población y superó los 400 millones de habitantes.
  • EE UU, que recibió una gran cantidad de inmigrantes, se multiplicó por diez y rebasó los 100 millones de habitantes.
El aumento de la población en los países industrializados se debió a que la mayoría de ellos entró, a lo largo del siglo XIX, en un período de transición hacia el ciclo demográfico moderno; esta fase se caracterizaba por el mantenimiento de altas tasas de natalidad, por el descenso constante de los índices de mortalidad y, en consecuencia, por el intenso crecimiento vegetativo de la población. Por otra parte, los europeos comenzaron a emigrar dentro de su propio continente y hacia otros lugares del mundo. Estas migraciones se vieron facilitadas por los avances en los transportes y en las comunicaciones e impulsadas por las oportunidades de empleo y por la desigual industrialización existente entre los países.

A partir de 1850 se incrementaron las migraciones transoceánicas: más de cincuenta millones de personas abandonaron el continente europeo en el siglo XIX. Su destino principal fue Estados Unidos, el <<país de las oportunidades>>; también desempeñaron la función de <<tierra prometida>> lugares como Argentina, Brasil, Sudáfrica y Australia.

Entre las migraciones interiores destacó el progresivo desplazamiento de la población del campo a las ciudades. Las ciudades, por lo general, crecían sin ningún tipo de planificación y las clases sociales estaban segregadas en barrios diferenciados, lo que provocaba que los inmigrantes, con frecuencia, tuvieran una profunda falta de adaptación y sensación de desarraigo y marginación.


María Navarro Linares. 4ºA   Nº13


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