domingo, 12 de noviembre de 2017

2.3. Los trabajadores del campo: los campesinos

    A pesar de los cambios sociales, el desarrollo de la industria moderna y el crecimiento de las ciudades, los campesinos seguían siendo, a principios del siglo XX, el grupo mayoritario de la población. Aunque en toda Europa se había abolido la servidumbre y su número había disminuido (debido a la emigración) se resistían a ser absorbidos por las nuevas ciudades y a abandonar la tierra en la que habían trabajado y la comunidad en la que se sentían seguros. Su modo de vida siguió siendo tradicional y su punto de vista, conservador, es decir opuesto a las transformaciones sociales y políticas que estaban aconteciendo. 

    Los campesinos se mostraron hostiles al liberalismo, primero. y al socialismo, después; y tampoco abrazaron, al menos al principio, la causa nacionalista. Por el contrario, se manifestaron conservadores y partidarios del orden y de la religión de sus mayores. 

    Entre los campesinos era posible distinguir dos grupos: 


  • Los más acomodados, a los que las medidas liberales les beneficiaron porque gracias a ellas se convirtieron en propietarios agrarios (por ejemplo, en Francia) o en modestos arrendatarios. 
  • Los jornaleros, que no poseían tierras y solo cobraban por trabajo realizado. Eran muy abundantes en algunas zonas del sur de España e Italia, el este de Europa y toda Rusia. Precisamente en estas áreas geográficas prendieron fácilmente, desde finales del siglo XIX, ideologías revolucionarias como el anarquismo.

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