sábado, 11 de noviembre de 2017

3.2. LA FORMACIÓN DEL MOVIMIENTO OBRERO.

Nota: 10

3.2. La formación del movimiento obrero.

     Los trabajadores tuvieron dos medios para protestar e intentar mejorar su situación: la acción directa sobre los empresarios y la acción política encaminada a presionar a las autoridades.


La acción directa: huelga y sindicato.

     En los primeros años, la acción directa se llevó a cabo mediante el motín popular, que consistía en amenazar a los patronos y destruir las odiadas máquinas (ludismo).

        Más tarde, los trabajadores de una misma empresa o rama de producción se asociaron de forma permanente y surgieron los sindicatos. Estas organizaciones se extendieron por Europa: en Gran Bretaña fueron pioneros y reformistas (Trade-Unions) y lograron controlar al partido obrero creado a partir de ellos; en Alemania fueron reformistas, pero quedaron supeditados a un partido revolucionario. En Francia los sindicatos seguían una línea revolucionaria, aunque, en general, eran apolíticos; en España, la Unión General de Trabajadores (UGT) seguía el modelo alemán, y la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), el francés.

        La huelga organizada sustituyó al motín como medio de protesta. En los primeros años del siglo XX se difundió en el movimiento obrero el mito de la huelga general: el sistema capitalista se colapsaría si todos los obreros se paralizaban al mismo tiempo.


La acción política: voto y partido.

     Hasta la Comuna de París (1871), la insurrección popular fue el método más utilizado por el movimiento obrero. Sin embargo, Gran Bretaña había constituido una excepción: entre 1831 y 1848 surgió el cartismo, un movimiento de masas cuyo objetivo era mejorar las condiciones de los trabajadores a través del sufragio universal y de la acción parlamentaría.

        A partir de 1871 la democratización de los regímenes políticos y la implantación del sufragio general masculino permitieron la aparición de partidos políticos obreros; su objetivo era representar al proletariado en los parlamentos nacionales.

        Los partidos obreros eran marxistas (a excepción del laborista), es decir estaban inspirados en las ideas de Marx. El partido-modelo fue el Socialdemócrata Alemán (SPD), fundado en 1875. Después surgieron otros como el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), de 1879; el francés Sección Francesa de la Internacional Obrera (SFIO), en 1905, y el británico Labour Party (Partido Laborista), en 1906. Estos partidos participaban en las elecciones, ocupaban escaños parlamentarios y organizaban campañas políticas y grandes manifestaciones. El acto más importante fue la instauración internacional, a partir de 1890, del Primero de Mayo, como día de paro y protesta general para presentar reivindicaciones a las autoridades. Su condición de partidos obreros y socialistas, sin embargo, les impidió participar hasta 1914 en los gobiernos burgueses.



ALBERTO JESÚS AGUILAR MORALES.        4ºA.         NÚMERO 1.


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