Falta la sangría al comienzo de cada párrafo
Nota: 9
El siglo XIX fue testigo de un innovador sistema de producción: la gran industria fabril. Esta nueva manera de producir mercancías en mayor cantidad, menos tiempo y con menos coste, obligó a cambiar poco a poco la economía tradicional, artesanal y agraria; además, tuvo grandes repercusiones sociales y culturales. El proceso de industrialización, iniciado a finales del siglo XVIII en Gran Bretaña, se extendió a Europa (y después a todo el mundo) a lo largo del siglo XIX. A partir de 1870, la industrialización se apoyó en nuevos descubrimientos tecnológicos y nuevas fuentes de energía y se difundió por otros países hasta convertirse en la base y el motor de la nueva sociedad que se estaba forjando.
1 INDUSTRIALIZACIÓN Y REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
Los términos industrialización y Revolución industrial hacen referencia a un cambio fundamental en la manera de fabricar productos que hasta entonces predominaba en el mundo. Se trata de una transformación económica que tendría profundas repercusiones sociales y culturales.
La industrialización surgió a finales de siglo XVIII y se desarrolló a lo largo del siglo XIX en distintas etapas: el país donde se inició la industrialización fue Gran Bretaña, desde allí se extendió al resto de Europa, primero, y al mundo entero, después.
El éxito de la industrialización se basó en que el nuevo sistema lograba producir más en mucho menos tiempo y con un coste menor, es decir, de forma mas rápida y barata.
EL CAPITAL
El capital es cualquier elemento que, junto con el trabajo humano y la naturaleza, sirve para producir. No debe confundirse nunca con el dinero, que solo es un medio de cambio; por el contrario, el capital lo constituyen las herramientas, las máquinas, los locales e instalaciones, las mercancías y las materias primas, el combustible y demás elementos que intervienen en el proceso de producción.
SAÚL BURGOS QUERO 4ºA Nº 5
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