Nota: 10
La Revolución industrial comenzó en Gran Bretaña en el último tercio del siglo XVIII (alrededor de 1780) y se extendió al resto de Europa durante el siglo XIX. Gran Bretaña se convirtió en el país pionero de la Revolución industrial gracias a una serie de factores históricamente irrepetibles que hicieron creer durante mucho tiempo que el modelo británico de la industrialización era el único posible.
Factores de industrialización: el modelo británico.
-Formación de un mercado muy amplio y de libre circulación.
Ese factor permitía la libertad de intercambio de mercancías, materias primas, trabajadores y capital.
En Gran Bretaña, desde el siglo XVII desaparecieron los obstáculos legales que dificultaban la libre circulación. Además Gran Bretaña, favorecida por su carácter insular, dominaba los mares y el comercio de ultramar.
-Existencia de capitales.
La abundancia de capitales era relevante porque podían invertirse en las nuevas industrias.
En Gran Bretaña la expansión industrial que tuvo lugar entre los siglos XVI y XVIII y los beneficios obtenidos gracias a las nuevas técnicas agrícolas proporcionaron los capitales que la industria necesitaba.
-Creación de un sistema financiero estable.
El sistema financiero permitiría el ahorro de capital y su inversión en la industria.
En Gran Bretaña, durante el siglo XIX, Londres se convirtió en el centro indiscutible de la banca mundial; su bolsa, en el principal mercado de capitales y la libra esterlina, en la moneda más fuerte de la época.
-Incremento de la producción agraria.
Si aumentaba la producción crecerían, por tanto, los alimentos necesarios para mantener a una población que ya no los cultivaba, porque había dejado el campo para trabajar en la industria. Un mayor rendimiento agrícola permitía dedicar a la industria mano de obra que ya no era necesaria en la agricultura.
En Gran Bretaña, lo cambios agrícolas afectaron a las técnicas y al régimen de propiedad de la tierra. Entre las técnicas, el barbecho fue sustituido por la rotación de cultivos (alternar las plantas en lugar de dejar la tierra sin cultivar), la utilización de abonos y nuevas especies (maíz, patata) y de forrajes para mejorar la crianza del ganado. En 1760 las leyes (enclosure acts) modificaron el régimen de propiedad agrícola pasando de un sistema comunal de campos abiertos (open fields) a otro de propiedad privada o campos cerrados y vallados.
-Crecimiento de la población.
Este factor aumentaría el número de consumidores y la mano de obra y, como consecuencia la producción industrial.
En Gran Bretaña, el crecimiento de la población se debió a la expansión agrícola que acabó con el ciclo demográfico antiguo entre 1750 y 1850 y se caracterizó por altas tasas de natalidad y un progresivo descenso de los índices de mortalidad, sobretodo de la infantil, debido a una mejor alimentación y a los avances sanitarios.
-Innovaciones técnicas en la industria textil.
Las novedades se aplicarían especialmente en la industria del algodón, una actividad que producía artículos destinados al consumo familiar; estas novedades eran sencillas y baratas ya que nacían de la experiencia cotidiana de los industriales.
En Gran Bretaña las innovaciones en el sector del algodón se realizaron en el área de Manchester y Liverpool, en el norte de Inglaterra. Primero se introdujeron mejoras en las máquinas de hilado y tejido, y, más tarde, se aplicó la máquina de vapor, inventada por el escocés James Watt. Finalmente en 1784, se inventó el telar mecánico y la industria se revolucionó, ya que la nueva máquina ahorraba trabajo humano y hacía que la producción fuera mayor, más rápida y barata.
La introducción de modernas máquinas y nuevos ritmos de producción en la industria textil exigía talleres de grandes dimensiones; surgieron así las primeras fábricas. Las colonias, por su parte, proporcionaban algodón (más resistente que la lana) a bajo precio; los mismos territorios de ultramar eran también amplios mercados en los que vender las telas.
-Cambios en las fuentes de energía y las materias primas.
La transformación de fuentes de energía y materias primas permitiría sostener e incrementar la producción industrial masiva. En Gran Bretaña, los sectores de la minería del carbón y la metalurgia del hierro, que se apoyaron mutuamente para crecer, fueron claves para la industrialización. En la fundición del hierro se usó el coque, un carbón mineral extraído de la hulla, que era muy abundante en el norte del país y tenía mayor poder calorífico que el carbón vegetal tradicional. La aplicación del vapor y de nuevos sistemas para eliminar las impurezas del mineral de hierro contribuyeron a mejorar la metalurgia.
José González Luna 4ºB Número 17
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